La demanda de agua crece en la Cuenca Neuquina

La rapidez del transporte es clave. La tendencia a sumar cada vez más fracturas en menos tiempo obliga a las empresas a optimizar los tiempos. Se trata de uno de los servicios más caros en la explotación de pozos no convencionales.

La tendencia en Vaca Muerta es perforar pozos cada vez más extensos y con la mayor cantidad de etapas de fractura posible. Por eso la transferencia de agua, uno de los insumos fundamentales en la explotación no convencional junto con la arena, es un servicio en franca expansión. Cada pozo requiere entre 30.000 y 50.000 metros cúbicos de agua.

Es importante acelerar los tiempos y llegar a estándares internacionales, que es lo que atrae inversiones”.

Walther Tkaczyk, CEO de Ingeniería Terra

“La realidad es que el grueso de la actividad está concentrada en Vaca Muerta y la mayoría de las pymes nos vamos adaptando a los requerimientos de los clientes”, explicó Walther Tkaczyk, CEO de Ingeniería Terra, empresa que comenzó hace más de 20 años a brindar protección catódica para oleoductos y que hoy representa apenas el cinco por ciento de su negocio.

El agua para fractura se lleva desde ríos, lagos o tanques de almacenamiento hasta las locaciones a través de grandes mangueras y motobombas que le dan presión. “Hoy tenemos desplegadas en campo cerca de 45 kilómetros de mangueras, 20 bombas y 18 tanques con capacidad de entre 3.000 y 5.000 metros cúbicos”, precisó Marcelo Pepe, gerente de la unidad de negocios de Water Transfer de la empresa.

Lo más importante en este caso es la logística para que el insumo esté disponible a tiempo y no demore las fracturas, uno de los trabajos más caros en la explotación de un pozo. Se dispone solo de tres días para desmontar, trasladar y armar todo en la nueva locación. Teniendo en cuenta que las bombas pesan entre cuatro y siete toneladas y cada carretel de mangueras pesa otras dos toneladas, se requiere de una gran coordinación y despliegue.

Terra también tiene una Unidad de Asistencia de Fractura (UAF), lo que la pone a competir con las grandes empresas de servicios. “La unidad tiene bombas de mil libras de presión con comando a distancia y cuesta aproximadamente dos millones de dólares”, detalló Tkaczyk y destacó que “con nuestra asistencia se logró el récord de diez etapas de fractura en un día en Loma Campana”. La UAF se encuentra actualmente trabajando para YPF en Barda González.

Lograr más fracturas por día (actualmente se hacen entre 6 y 8) significa terminar más pozos en menos tiempo y, en consecuencia, bajar los costos en forma significativa.


“Las operadoras pagan a las grandes empresas de servicios un fijo por mes y un adicional por etapa de fractura, por eso es importante acelerar los tiempos y llegar a estándares internacionales, que es lo que atrae inversiones”, consideró.

Tkaczyck opinó que más allá de la incertidumbre política ante las próximas elecciones, “el gobierno que venga no tendrá otra opción que seguir con la explotación de Vaca Muerta” y señaló que el desarrollo de la actividad está atado a la formación geológica neuquina.

“En Permian (EE.UU.) hay 15.000 pozos en actividad y acá no llegamos todavía a 900. Queda un largo camino por recorrer”, finalizó.

Una firma que orientó todos sus recursos a la transferencia de líquidos

Walther Tkaczyk tiene 55 años, casado, seis hijos. “Mientras cursaba la carrera de ingeniería hice muchas cosas para solventar mis estudios, incluso trabajar como periodista deportivo en varios medios de la zona”, recuerda quien es hoy titular de Ingeniería Terra, empresa con sede central en Cipolletti.

Yo trabajaba en una empresa que hacía protección catódica y apenas me recibí en 1995 abrí mi propio emprendimiento en sociedad con mi padre”, comentó. A principios de siglo, con un barril de petróleo cotizando a diez dólares, se encontró con una delicada situación e incorporó socios para capitalizar la empresa. “Luego se fueron para dedicarse a otros negocios”, precisó.

Con el paso del tiempo incorporó servicios como iluminación en yacimiento, verificación de anclajes y tratamiento de lodos. “Hoy estamos muy enfocados en la transferencia de agua y la asistencia de fracturas, que es lo que más se demanda en la zona de Vaca Muerta”, explicó.

“Por suerte siempre fuimos creciendo, tenemos actualmente 180 empleados. Y más allá de que gran parte de mi familia trabaja en la empresa, hace un tiempo comenzamos con un proceso de profesionalización de la compañía, con ocho gerencias para cada unidad de negocios”, detalló.

La empresa tiene además una base en Catriel y otra en Añelo que quedó chica, por lo que están proyectando mudarse a parque industrial privado. “Competimos contra empresas muy grandes y por eso un valor agregado que tenemos es nuestro personal”, concluyó.


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