La desaparición del concierto federal

Independiente y sus caídas. La historia y el futuro inmediato.

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La realidad es irrefutable: Independiente descendió y el fútbol neuquino se quedó sin una plaza en el concierto del fútbol federal, por lo que ahora sólo resta rezar para que a Maronese le vaya bien en el Torneo del Interior y recupere lo perdido. El Rojo sumó apenas el 28 % de los puntos que disputó hasta aquí en la competencia (16 de los 57 en juego) y por eso cayó de categoría después de seis temporadas y una fecha antes de cierre de la fase regular que hasta aquí sólo tiene clasificado en la zona 1 a Deportivo Roca. El descenso se produjo 16 días antes de la asamblea prevista para el martes 19, cuando se cerrará el ciclo de Gastón Sobisch como presidente del club y se elegirá la nueva directiva. “Y, sobre llovido, mojado”, señaló Sobisch Jr. en el inicio de la charla con este diario. “La verdad es que no esperaba el descenso, porque durante estos años siempre estuvimos peleando arriba. No estábamos preparados para algo tan doloroso”, remarcó. –¿Este descenso cambia en algo el análisis que hace de su gestión? –No digo que será exitosa (sí lo había dicho hace un par de semanas), pero tiene que existir un punto medio. Creo que hay un montón de cosas que se conjugan para que suceda lo que sucedió, desde lo económico hasta lo deportivo, pasando por lo dirigencial. Como estábamos era prácticamente imposible desarrollar esta actividad. Por ejemplo, en el último partido de local (triunfo ante Cruz del Sur) cortamos 44 entradas y recaudamos 660 pesos, cuando abrir el estadio nos cuesta unos 7.000 por partido. El viaje a Río Gallegos (donde se materializó el descenso) nos salió 30.000 pesos. Así no se puede. –Hay quienes piensan que por esta realidad es mejor descender y comenzar de nuevo. –Yo no, porque para mí, en este momento de cambios importantes en el club, era un aliciente jugar en el Argentino B. Bueno, ahora hay que intentarlo desde el Torneo del Interior, aunque es muy difícil llegar… Cuando Sobisch llegó a Independiente, el fútbol y el básquet estaba gerenciados. Durante su presidencia, ambos deportes pasaron por diferentes estadios: volvieron a manos de las subcomisiones, jugaron buenos torneos nacionales (en el Torneo del Interior y el TNA), fueron protagonistas, convocaron y se pagaron buenos sueldos, hasta que la rueda comenzó a girar al revés y se cayó en desgracia. En la 2005/2006 el equipo que dirigía Gustavo Coronel fue último de la zona A en la primera parte del torneo, con apenas 11 puntos en 12 cotejos y después hizo una segunda parte tan buena que fue primero y quedó como el mejor de la tabla general (sumó 40 unidades de 72 en juego, casi el 56%). Igual, cayó en primera instancia de play offs ante Santamarina. El campeonato siguiente, con Diego Landeiro, Manuel Berra, Orlando Porra y Matías Iturra como estandartes, jugó en buen nivel, clasificó en las dos ruedas y después quedó eliminado en doble cruce con Racing de Olavarría. En los 28 partidos que disputó en la temporada 2007/2008 cosechó el 45% de los puntos y no llegó a pelear por nada (igual que en la 2008/2009), mientras que el punto de quiebre se daría el 20 de diciembre de 2009, cuando después de ganar 5-0 en la cancha de Centenario, perdió 6-1 en los 90 minutos de vuelta ante Huracán de Comodoro y 3-2 en los penales. En la segunda ronda de ese torneo fue último en la zona, con apenas 6 puntos en 10 partidos y se salvó de jugar una promoción. La crisis se volvió eterna y un año después llegaría el triste desenlace. Un final triste. ¿Será el principio de algo mejor? (AN)

El Rojo, derrotado. Una imagen que se repitió 11 veces en esta temporada.

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