La expectativa por la apertura deportiva en Cuba

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A fines del 2013, Raúl Castro anunció una nueva “política de retribución deportiva”, con el fin de evitar más deserciones de atletas cubanos.

Se pensaba de ese modo poner coto a una situación por la cual varias decenas de deportistas de elite se fueron de la isla en las últimas décadas, desertando de delegaciones o por matrimonios de conveniencia.

También han intentado fugarse en precarias embarcaciones lanzadas al mar o en lanchas de traficantes, que cobran unos 10.000 dólares por sacar ilegalmente a una persona de la isla. Tal el caso de Yasiel Puig, el pelotero estrella de Los Dodgers de Los Ángeles, ingresado de contrabando a Estados Unidos.

Su historia -que recuerda a “La tentación de Cecilia” de la película “Siete días en La Habana”- refleja el sueño de muchos beisbolistas cubanos de convertirse en estrellas de las Grandes Ligas norteamericanas.

Las nuevas reglas del deporte contemplaban aumentos de salarios, premios por resultados y permisos para fichar en clubes extranjeros. De esa manera se regresó al deporte rentado, abolido desde 1961 por Fidel Castro.

Con la nueva política, el luchador Mijaín López, bicampeón olímpico y cuatro veces campeón mundial, o el beisbolista Yulieski Gourriel, medallista olímpico y mundial, comenzaron a cobrar unos 800 dólares al mes, 40 veces más que un trabajador cubano promedio. (Una directora de escuela gana 35 dólares mensuales). Cifras absolutamente irrisorias para el hiperprofesionalizado mercado estadounidense.

El deporte es un emblema de la revolución en Cuba, que fue la potencia olímpica de América Latina de 1972 al 2004. Como ningún otro país del Caribe, logró aunar capacitación -mucha de la cual fue provista por su exaliado en la Guerra Fría, la URSS- y una indoblegable constancia en la búsqueda de los objetivos político-deportivos trazados por el socialismo.

Cuba, a su vez, ha desarrollado un trabajo solidario con diversos países del mundo, a través del aporte de entrenadores para el desarrollo deportivo y de personal especializado en Salud, en países de África y América Latina.

Argentina fue uno de los países beneficiados, con gran cantidad de profesores que recalaron por estas tierras para apoyar las tareas de selecciones y clubes nacionales.

Con la apertura diplomática anunciada días atrás por el presidente estadounidense Barack Obama y su par cubano Raúl Castro, se abren enormes expectativas para los deportistas de la isla.

Entre las medidas dispuestas, el mandatario norteamericano señaló: “Abriremos una embajada en La Habana, los diplomáticos viajarán a la isla” y destacó que “los estadounidenses podrán viajar a Cuba y utilizar tarjeta de crédito y de débito allí”.

Después de que Obama se dirigió a su pueblo, los directivos de béisbol han estado monitoreando qué tan pronto los equipos de las Grandes Ligas podrían tener la tentación de trasladar un equipo a La Habana, en donde lo más probable es que resultaran toda una sensación.

Desde la capital caribeña, el periodista Iván García reportó las opiniones acerca del acercamiento histórico. Con 11 millones de habitantes, Cuba no sólo sería una fuente de talento para la MLB si se estableciera un plan de trabajo, también sería un mercado ideal, según The New York Times.

Indudablemente, el béisbol es el deporte más popular de la isla y su práctica espontánea comienza a edades tempranas. Es común ver a niños jugando en espacios improvisados, donde se lanza y batea.

También observar en las plazas como se juntan, ex profeso, parroquianos para discutir en forma acalorada exclusivamente sobre béisbol.

El alborozo de la noticia de una incipiente paz ha sido tanto que la MLB se vio obligada a informar a sus 30 equipos que seguía siendo ilegal explorar jugadores en Cuba. La razón es que el embargo estadounidense en la isla se mantiene en vigencia hasta que el Congreso, controlado por los republicanos, vote su derogación.

De concretarse los anuncios, el deportista cubano de elite se enfrentará a la enorme paradoja de ver como, con la misma ocupación y a muy escasos kilómetros de distancia, puede pasar de pobre a millonario.

Aparecen en estas historias, por un lado, el costado sentimental de amor a la familia y a la tierra y, por el otro, la posibilidad de salir de la miseria -hasta ahora como un traidor a la causa o en su defecto con una enorme presión impositiva- para darles a los propios un mejor porvenir.

Falso dilema en el cual ha vivido sumergido el cubano durante décadas, ya que nunca ha tenido la posibilidad de elegir ni de decidir sobre su propia vida.

Es dable esperar que el cambio se concrete en forma ordenada y paulatina. El respeto por los derechos y libertades individuales espera por él.

Marcelo Antonio Angriman

Abogado. Profesor nacional de Educación Física

marceloangriman@ciudad.com.ar

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