La Guardia del hospital de Roca no da abasto
La mayoría de los pacientes van por dolencias que no son emergencias. Cada médico llega a atender a 70 personas por jornada.
Molestias en la garganta “de hace 15 días”, dolor de muelas, de una uña encarnada o la dermatitis en un bebé causada por el pañal. Esos son los motivos más comunes por los cuales se acercan los pacientes a la guardia del hospital Francisco López Lima de Roca.
Entre dos y cuatro horas se extiende la estadía en la sala de espera de quienes asisten. Las quejas y los pedidos de agilidad en la atención son recurrentes, pero lo cierto es que cada vez más personas concurren al servicio. Durante el año pasado el área recibió 50.000 consultas, frente a las 41.000 del 2014. “Se hace un mal uso de los equipos de trabajo. Esas 9.000 consultas más no fueron emergencias, y se atendieron con menos recursos humanos porque tuvimos bajas”, indicó la médica general del servicio, Marina Aravena Ortiz.
Puertas adentro se asegura que las emergencias o urgencias conforman sólo el 17% de las consultas que se registran a diario. Es decir, de las 230 personas en promedio que pasan por el sector cada jornada, sólo 40 requieren una asistencia por motivos relacionadas netamente a la guardia.
Aunque los números indican que la cantidad de accidentes vehiculares creció en los últimos años, no son la mayoría (ver recuadro). “La gente viene por cuestiones que se pueden resolver en un consultorio. Esto desgasta mucho al sistema y a los equipos de trabajo”, aseguró la jefa de Enfermería, Mónica Dailoff.
En el equipo hay dos médicos generalistas disponibles constantemente. Cada uno recibe en su consultorio entre 60 y 70 personas dentro de las 24 horas de guardia, con pausas en los turnos de descanso.
En el caso de los enfermeros, su tarea llega a extenderse a veces durante 16 horas, en las cuales evalúan a todos los pacientes que llegan. “Si hay 120, atendemos 120. Los vemos y clasificamos por urgencia, para ver a quién se atiende primero. A eso sumale el maltrato y las agresiones. Ahora hay guardia policial, tuvimos casos de amenazas, golpes de puño, patadas y hasta han roto la puerta por las demoras en la atención”, indicó Dailoff.
“A veces lo grave se termina yendo. Ocurrió con un paciente que vino con dolor en el pecho y se fue porque estaba lleno. Volvió a las tres horas y terminó en la unidad coronaria. Este es un ejemplo de muchos”, agregó.
“Hay que saber cuándo concurrir, entender que no es que uno no quiera atenderlos, sino que se entienda que este sector funciona cuando ocurre algo que pone en riesgo una vida ya o dentro de poco. Siempre pasa lo más grave primero. La urgencia de quien consulta no es la urgencia médica”, remarcó Aravena.
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