La historia oculta del árbitro de la final de la Copa Libertadores

En 2012 estuvo suspendido varios meses por participar del Club del Poker, que designaba los jueces en Chile.

El chileno Roberto Tobar fue designado por la Conmebol para dirigir el primer partido de final de la Copa Libertadores entre Boca y River, pero detrás suyo se esconde una historia oscura que mezcla vicios con inmoralidad.

En noviembre de 2012 la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) de Chile lo sancionó por ocho meses por formar parte del “Club del Poker”, una timba arbitral donde se tejían las designaciones de los partidos del certamen trasandino.

El Director del Área de Desarrollo de los árbitros, Mario Sánchez, organizaba partidas en un departamento del centro de Santiago con otros colegas.

La persona que se quedaba sin dinero terminaba dirigiendo un partido de menor importancia en el interior del país y con los viáticos que les correspondía recuperaban los billetes que se esfumaban en la timba.

Aunque todos sabían que Tobar tenía un potencial tremendo y que llegaría muy lejos, terminó siendo uno de los suspendidos luego de una investigación que hizo la propia ANFP.

Era árbitro internacional, nombramiento que quedó en suspenso durante los ocho meses que duró su suspensión.

Los que conocen el paño del arbitraje, no lamentaron demasiado las sanciones a Cristian Basso, Marcelo Barraza y Carlos Rumiano.

Esos involucrados estaban estaban en retirada, después de dirigir durante mucho tiempo.

Pero, sintieron cierta impotencia porque le frenaban la campaña a un árbitro que prometía y mucho. obar tenía apenas 34 años.


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