La Iglesia advirtió que el país «está dañado por los privilegios»

Criticó a los que usan el poder "escondidos en burbujas de abundancia"

La Iglesia Católica, a través del cardenal Jorge Bergoglio, cargó ayer contra quienes «exigen sacrificios incalculables» a la sociedad «escondidos en sus burbujas de abundancia» y señaló que, cuando las necesidades básicas de una población «están seriamente agredidas, surgen lógicas reacciones de violencia, adicciones y marginalidad cultural y social».

Frente al presidente Fernando de la Rúa en el tradicional tedéum del 25 de Mayo, Bergoglio, hizo profundas reflexiones acerca de la realidad social del país.

El sacrificio del pueblo «es la respuesta a la incertidumbre de un país dañado por privilegios de los que utilizan el poder para su provecho, de los que exigen sacrificios incalculables escondidos en sus burbujas de abundancia mientras evaden su responsabilidad social y lavan las riquezas que el esfuerzo de todos produce».

El cardenal dio una pista de los sectores a los que puntualmente está dirigido su mensaje al hacer hincapié en el uso de las palabras «evaden» y lavan» en uno de los párrafos centrales de su homilía, expresiones que pueden analizarse como cuestionamientos a evasores impositivos y lavadores de dinero.

Bergoglio aludió también a «los que dicen escuchar y no escuchan, a los que aplauden ritualmente sin hacerse eco, a los que creen que se habla para otros».

«Las reglas de juego de la realidad global de estos tiempos son un cáliz amargo. Pero esto debe redoblar la entrega y el esfuerzo ético de una dirigencia que no tiene derecho a exigir más a los de abajo si los sacrificios no bajan desde arriba», subrayó para señalar expresar luego que «la posibilidad de ser libres se desgasta por una superficialidad que nos ahoga».

En su homilía, convocó a «la defensa unánime de los derechos más urgentes», entre los que enumeró «el derecho a la vida y a recibir educación y atención de salud, que ninguna política puede postergar», además de referirse a «la irrenunciable responsabilidad de fortalecer a los ancianos y a los niños, hoy alevosamente postergados y despreciados».

«En el Día de la Patria, el Señor nos convoca a dejar todo servilismo para entrar en el territorio de la servicialidad, ese espacio que se extiende hasta donde llega nuestra preocupación por el bien común y que es la patria verdadera. Fuera del espacio de la servicialidad, no hay patria sino una tierra desbastada por luchas de intereses sin rostros», expresó.

«En este Día de la Patria, nuestro pueblo nos reclama y nos pide que no nos cansemos de servir, que sólo así ese nuevo vínculo social que anhelamos será una realidad», concluyó. (DyN)


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