La Iglesia cuestionó el clientelismo político

La Comisión Permanente del Episcopado reclamó además que se respete la división de poderes.

La Comisión Permanente del Episcopado, que preside el cardenal Jorge Bergoglio, volvió a criticar ayer el clientelismo político y reiteró su exhortación por una autonomía «real y auténtica» de los tres poderes del Estado, en un nuevo tiro por elevación contra la gestión de Néstor Kirchner.

La veintena de obispos repitió el texto del plenario episcopal de abril, en el que también exigió «promover el verdadero federalismo, que supone el fortalecimiento institucional de las provincias, con su necesaria y justa autonomía respecto del poder central».

A dos meses de las elecciones presidenciables de octubre, que calificaron de «trascendentes», los obispos reclamaron atrás «las prácticas demagógicas y presiones indebidas, como el clientelismo y la dádiva, que desvirtúan el profundo significado y degradan la cultura cívica». En este sentido, dijeron que «es obligación del ciudadano controlar la gestión del gobernante».

La advertencia episcopal se da en medio de la crisis política en Santa Cruz, la provincia del presidente Néstor Kirchner, donde el obispo Juan Carlos Romanín intervino ante «la amenaza de la paz y la institucionalidad» y encabezó una marcha multitudinaria contra la violencia, después de que un ex funcionario kirchnerista atropelló con su auto a manifestantes.

El Episcopado explicó que reiteró el pronunciamiento de abril como una forma de «servir al bien común», y por considerar que «las elecciones nacionales significan un momento muy importante en la vida de los pueblos», porque en esa instancia se expresa «la voluntad popular y se refuerzan las institu

ciones de la democracia».

«Nuestro país sufre todavía fragmentación y enfrentamientos, que se manifiestan tanto en la impunidad, como en desencuentros y resentimientos», alertaron los obispos en el documento donde aseguraron que todavía «queda pendiente la deuda de la reconciliación». Tras exhortar a los gobernantes a «priorizar medidas que garanticen y aceleren la inclusión de todos los ciudadanos», la Iglesia advirtió que «una sociedad no crece necesariamente cuando lo hace su economía, sino sobre todo cuando madura en su capacidad de diálogo y en su habilidad para gestar consensos que se traduzcan en políticas de Estado, que orienten hacia un proyecto común de Nación». «Este sigue siendo un fuerte desafío para nuestra democracia», subrayó el Episcopado en su reiteración de la declaración sobre el compromiso ciudadano y las elecciones.

Los obispos enumeraron, además, desafíos «significativos» a tener en cuenta de cara al futuro y, que dijeron, «comprometen como ciudadanos». Convocaron en este sentido a respetar el «derecho humano» a la vida desde el momento de la concepción hasta su fin natural, a recordar que la familia se fundamenta en el matrimonio entre varón y mujer, y a promover la educación de los jóvenes «en el verdadero sentido del amor y el compromiso social». «El bien común se afianza cuando la autoridad sanciona leyes justas y vela por su acatamiento. También el ciudadano está obligado en conciencia a cumplirlas, salvo que se opongan a la ley natural», precisaron en otro punto del documento que se difundió al cabo de tres días de deliberaciones.


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