La incómoda posición de Icare 08-02-04

«Este intendente no va a firmar nada que perjudique a Bariloche», es la obvia y reiterada frase que que utiliza desde hace meses el jefe del Ejecutivo municipal cuando le preguntan por el Catedral.

Alberto Icare hace visibles esfuerzos por aparecer identificado con los intereses y necesidades de los vecinos. Pero cuando el gobierno provincial se empantana en justificaciones y planteos poco transparentes, no duda en privilegiar la sociedad política que lo vincula con el gobernador Miguel Saiz.

Días atrás los funcionarios de Saiz y el propio Icare fueron muy cuestionados por cerrar las puertas a periodistas y vecinos durante una reunión en la que se informaría sobre el borrador del contrato elaborado por la provincia.

Para el intendente, lo que está en primer plano es que junto a la aprobación de la continuidad de CAPSA, la provincia se comprometió a formalizar en dos años la completa municipalización del centro invernal. Incluido el poder concedente.

«Durante muchos años el Catedral fue una especie de principado y esta ciudad nunca tuvo injerencia en él», recordó Icare a la hora de reivindicar el avance de la jurisdicción municipal sobre el cerro. «Lo importante es que el Catedral es por primera vez de Bariloche, lo cual fue una de las promesas de campaña y un reclamo de toda la comunidad», agregó.

Hay que decir también que el mérito invocado es muy relativo, ya que el reconocimiento de ese derecho a Bariloche goza a esta altura de un consenso absoluto. Todos los partidos políticos lo incluyeron en su plataforma para la última elección y no hay entidad civil que ponga reparo alguno a la municipalización del cerro.

Precisamente los tiempos juegan aquí un papel clave. El gobierno provincial sostiene que Bariloche ya tiene desde diciembre la ley que incorpora el Catedral a su ejido pero propone un cronograma progresivo de 24 meses para ceder el dominio de las tierras y las concesiones. (AB)

Nota asociada: El futuro del cerro Catedral, un dilema de difícil

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