La ola migratoria seguirá creciendo

Por Andrés Oppenheimer

Si ustedes creen que los ataques terroristas del 11 de setiembre o el desempleo en Estados Unidos disminuirán la ola de inmigración de latinoamericanos al país del Norte probablemente estén equivocados. De hecho, lo más probable es que ocurra lo contrario.

La razón es muy simple: las encuestas muestran que, a pesar de todos sus problemas, los inmigrantes hispanos en Estados Unidos parecen ser un grupo bastante feliz con su vida. Y si esto es cierto, uno puede asumir con bastante certeza que continuarán diciéndoles a sus familiares y amigos en América Latina que la situación en Estados Unidos no está tan mal como la pintan en la prensa de sus países.

Una nueva encuesta nacional de Zogby Internacional para «The Miami Herald» muestra que un sorprendente 80% de los votantes hispanos de Estados Unidos está de acuerdo con la idea de que «es posible para ti y para tu familia lograr el sueño americano''. Sólo un 17% respondió que el sueño americano «no existe''.

La encuesta deja pocas dudas sobre el optimismo existente entre los hispanos de Estados Unidos. El 70% dice que su situación es mejor que la de sus padres, mientras que sólo un 13% asegura que es peor. El 58% afirma que espera que los ingresos de sus hijos serán mayores que los suyos, mientras que sólo el 19% cree que serán menores, según la encuesta.

El porcentaje de hispanos que son optimistas sobre el futuro es mayor que el de cualquier otro grupo no inmigrante de bajos ingresos, como los afroamericanos o las madres solteras, dice el encuestador John Zogby, presidente de Zogby Internacional.

«Es fascinante'', dijo Zogby, refiriéndose a lo errado de la hipótesis según la cual todos los grupos de bajos ingresos están predispuestos a ser pesimistas sobre el futuro. «La realidad es que los inmigrantes y los nuevos inmigrantes traen consigo un nuevo sueño y una nueva esperanza''.

Esto tendrá un impacto en la migración, independientemente de los esfuerzos de Washington por cerrar las fronteras de Estados Unidos.

«Esto es un fenómeno como lo que se solía llamar 'las cartas de América' en los siglos XVIII y XIX, cuando los inmigrantes escribían a sus familiares sobre Estados Unidos en términos radiantes y las cartas eran leídas en voz alta en sus pueblos natales'', dice Zogby. «Ahora, esto sucede por correo electrónico''.

La encuesta entre 1.003 posibles votantes hispanos, realizada antes de la Convención Demócrata de la semana pasada y con un margen de error del 3,2%, muestra que el 60% de los hispanos apoya al candidato demócrata John Kerry, mientras que el 32% adhiere al presidente George W. Bush.

También muestra que los hispanos de Estados Unidos están un tanto más a la izquierda en el espectro político que la población general del país.

El 35% de los hispanos se describe como «progresista'' o «liberal'', mientras que el 32% lo hace como «moderado'' y el 29%, como «conservador'' o «muy conservador''. Comparativamente, el 32% de la población general del país se describe como a la izquierda del espectro político, mientras que el 41% se identifica como «conservador'' o «muy conservador''.

Pero el dato más sorprendente de la encuesta Zogby/Herald es el sorpresivo optimismo entre los hispanos, a pesar de sus bajos ingresos, sus altas tasas de deserción escolar y – en muchas ciudades – sus niveles de desempleo, más altos que los de la población en general.

A pesar de los controles implantados desde el 11 de setiembre de 2001, que hacen más difícil para los nuevos inmigrantes obtener licencias de conducir o tarjetas del seguro social, la cantidad de nuevos inmigrantes de América Latina sigue aumentando.

Según las últimas cifras del censo estadounidense, el número de hispanos en el país aumentó un 13% en los últimos tres años por la mayor tasa de nacimientos y por la inmigración. Comparativamente, la población de Estados Unidos creció un 3% durante el mismo período.

Lo más probable es que esta tendencia continúe y que los 40 millones de hispanos que viven en el país se sigan multiplicando con la misma o mayor rapidez. Por eso es que las propuestas de los políticos republicanos o demócratas de «forzar el control sobre nuestras fronteras'' no serán más que una pérdida de dinero a menos que Washington ataque el problema de fondo: la disparidad de ingresos entre los estadounidenses y los latinoamericanos.

Mientras el ingreso per cápita en Estados Unidos siga siendo de u$s 36.000, el de México, de u$s 9.000 y el de Perú, de u$s 5.000, y los hispanos en Estados Unidos sigan creyendo en el sueño americano, el éxodo continuará. La única forma de disminuirlo será que Estados Unidos ayude a acelerar el desarrollo económico de América Latina.


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