«La palabra lonko no tiene femenino»

NEUQUEN (AN).- Verónica Huilipán dice que hasta hace algunos años nadie hubiera pensado siquiera que una mujer podía ser werken (representante) o lonko (jefe) de una comunidad mapuche. Los dos cargos (que no tienen femenino, claro) son los más importantes en la estructura política de las organizaciones mapuches: en Neuquén hay varias damas ocupando uno u otro.

«Desde los '80 hasta ahora hemos tenido que luchar contra el machismo que entre nosotros tenía como principales representantes a las mujeres», sostiene Huilipán, neuquina, 38 años, cinco hijos, dos nietos, pilar de reclamos.

«La jueza la dejó hablar a 'la' Verónica y perdimos como en la guerra», dijo hace unos años el abogado de una multinacional que, por esos días, estaba en litigio con los mapuches neuquinos. Es que Verónica Huilipán es una mujer brava.

«No creo ser brava, soy una mujer segura, segura de mí y de mis derechos y orgullosa de mi identidad y del colectivo que ocupo», corrige Huilipán, miembro fundadora del Enlace Continental de Mujeres Indígenas.

Cuenta y agradece a mamá Lucía y otras mujeres mapuches que «sí son un ejemplo» que le hayan permitido «ser parte del círculo donde empieza a fluir el conocimiento», esencial en su formación y de muchos 'konas', una verdadera legión de jóvenes mapuches urbanos.

«Yo quizás no tuve la oportunidad que ellos tienen y en algún momento fui discriminada en la niñez… había un contexto cultural que hacía que nos sintiéramos inferiores», recuerda. Ya no.

Verónica está con un pie en el avión que la llevará a Buenos Aires donde trabaja para la creación del Consejo Asesor de Políticas Indígenas (Capi), tendiente a participar del manejo de los Parques Nacionales en los que hay representantes de los pueblos originarios. Se va tranquila pues el problema respiratorio de su pequeño nieto va en mejora.

«¿Es por el día de la Mujer esta nota? -pregunta. «Si es así, poné a Carmen Manqui, lonko de la comunidad de El Huecú, ella sí que es un símbolo de la fortaleza de identidad». Y para cerrar habla de una mujer no mapuche: «Noemí Labrune es un símbolo de lucha, convicción, coherencia, generosidad, respeto, honorabilidad….». Y habla del este, punto cardinal fundamental. «Estamos orientados», dice en tono militante y saluda en mapuche «peucallal».


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