Reliquias: la Intendencia de Riego en Roca y otras oficinas históricas dedicadas al agua
Unidas por ser sedes del DPA, guardan mucho más que labores técnicas y manejo del recurso hídrico: han sido testigos de procesos y recuerdos. ¡Mirá las fotos históricas!
Imponente en la esquina de calles Mitre y Maipú, con columnas y un pórtico en semicírculo, se puede ver a este edificio en Roca. Cipolletti también tiene lo suyo, en calle Blas Parera, donde vivió el escritor Osvaldo Soriano, y sobre la esquina de General Paz y Toschi, otra reliquia con techo cubierto de tejas, revestimiento en piedra, luminarias y cerco de otro tiempo. En Bariloche, la impronta supo ser cordillerana, con tejas, paredes, postigos y persianas en madera. Viedma, por su parte, ostenta una sede con estilo incluso previo, ya dando cuenta de un diseño de principios de siglo XX, sobre calle San Martín, la misma casa que fue hogar para la familia Chapello y luego el Colegio Nacional. Ni hablar el Museo Tecnológico del Agua y el Suelo, que fue ubicado en la manzana salesiana capitalina, sobre calle Colón, o el Museo Histórico del Riego en Beltrán, que guarda objetos, fotos y material, desde la construcción del Dique Ballester en adelante.
Varios edificios hoy a cargo del Departamento Provincial de Agua (DPA) guardan más que labores técnicas y manejo del recurso hídrico: han sido testigos de la historia, porque justamente, el vínculo del vital elemento con nuestra región fue motor y motivo de fundación de pueblos y sus actividades productivas, aunque hoy lo demos por hecho, como algo que siempre estuvo.
Lejos de la tendencia actual, que construye sedes y oficinas de líneas simples, minimalistas, o que alquilan lo que se puede, lo disponible, los inmuebles como éstos, de otro tiempo, se caracterizaban por la resistencia de sus materiales, por las molduras que ornamentaban sus frentes, por la búsqueda de rasgos destacados que hablaran de su importancia en la dinámica regional.
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La recordada como “Intendencia de Riego” ubicada en Roca, quedó grabada en la memoria colectiva por los detalles de su fachada, sus veredas de piedra laja y los jardines que ostentaba. Los pinos que la acompañaron en la entrada ya son inmensos ejemplares que superan con creces las dimensiones de esta estructura de 1943. En el tiempo desapareció el escudo nacional, hecho con flores y ligustrina enana, también la iluminación que le daban en Fiestas Patrias y las letras “M.O. P”, formadas con plantas de violas celestes, por el Ministerio de Obras Públicas al que perteneció.
Marta Delgado es una de las que aportó sus recuerdos, por haberlo visto de cerca: su padre, José Delgado, se jubiló en esa sede, como medio oficial albañil, además de otros tantos conocimientos que le sirvieron en su labor cotidiana. “Un día mi mamá se enteró que estaban tomando gente en la empresa, lo habló con él y ella le hizo todos los trámites. Salió nombrado en 1950 y se quedó hasta 1975. Allí funcionaba un taller en la parte que da a la calle San Martín y las oficinas en el sector que da a la calle Mitre…¡Si lo habrá pintado tantas veces mi papá y si habré llevado flores a mis maestras gracias a su jardín, regalo de Don Domínguez con permiso de los ingenieros”, evocó. En ese sitio conoció a profesionales como Cozzi, Cosme Galla y Gaiazzi.
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Experiencias similares vivieron Dora Rego, con su padre, Osvaldo Ponce con su abuelo Esteban Ovejero, Walter Rubio con su abuelo Faustino y Manuel Caballero, hijo del trabajador que lo bautizó con su mismo nombre. Todos compartieron su nostalgia en el grupo de Facebook “Roca es de Todos”. “Era una empresa nacional argentina”, recalcó Marta.
Los dichos de nuestra entrevistada se refieren a los tiempos de “Agua y Energía Eléctrica”, que según el archivo publicado en el sitio oficial del Gobierno Nacional, nació como Dirección General “el 14 de febrero de 1947, mediante el dictado del Decreto N° 3.967, como fusión de la Dirección General de Centrales Eléctricas del Estado y la Dirección General de Irrigación”. Más tarde se convirtió en Empresa del Estado. Nuestra región aún era territorio nacional y desde su urbanización hasta mediados de los años ‘30 había registrado las obras del Dique Ballester (1916) y la proliferación de los canales, incluyendo a la red los secundarios “La Picasa”, “La Lucinda” y el “Canal de los Milicos”.
A partir de allí vendrían tiempos de proyectar y construir las centrales hidroeléctricas menores Julián Romero, Ing. César Cipolletti, Gral. Roca y Guillermo Céspedes, además de operar sistemas de riego en Río Negro. Terminó privatizada durante la presidencia de Carlos Menem y su labor en riego pasó en 1992 al Departamento Provincial de Aguas (DPA), creado en 1961, mientras que en 1994 se activó el Registro de Consorcios de Riego. Para ese entonces, el DPA venía de proveer agua a pequeñas poblaciones no alcanzadas por Obras Sanitarias de la Nación (OSN) y de llevar riego donde no llegaba AyEE. En su trayectoria de esos años, recordó el ex superintendente general del DPA 1983-1991, Juan Kugler, en una publicación de este medio, construyeron el canal Pomona – SAO, en 1970, en 1980 recibieron los sistemas de agua y cloacas que prestaba OSN y en 2005 iniciaron también la largamente demorada construcción de Salto Andersen, inaugurada en 2011 en el sistema de riego de Río Colorado.
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