La revolución en el desarrollo de materiales para la construcción

Paredes de hormigón que dejan pasar la luz, musgos deshidratados que no se deterioran hasta después de diez años o una pintura que copia a la perfección las texturas y los olores... son algunos de los tantísimos materiales 4.0 para construir hoy.

Los avances científicos y tecnológicos de los últimos años están dando lugar a toda una revolución en el desarrollo de materiales. Fibras resistentes producidas por gusanos de seda alimentados con grafeno, hormigón traslúcido, ladrillos autorreparables gracias a bacterias durmientes que reconstruyen la estructura tras una grieta… Las posibilidades no dejan de crecer.

Hasta ahora, los datos sobre la procedencia, composición e impacto de los materiales y su uso han sido de difícil acceso para el ciudadano común. La velocidad de la revolución de los nuevos materiales exige cambiar esta dinámica. Eso opina Liz Corbin, especialista en diseño participativo y abierto y protagonista de la serie #DataFutures. El objetivo de esta investigadora doctoral en el Institute of Making en la University College of London (UCL), enfocada en la cultura de los materiales y fabricación redistribuida, es crear una comunidad que comparta recetas de nuevos materiales basadas en recursos naturales abundantes y locales.

Por ejemplo, se está explorando un material que se utiliza en reemplazo de los filamentos de plásticos empleados para la impresión 3D y que se obtiene de los mejillones, recuperado de los desechos de los restaurantes. Ese es un ejemplo de lo que se está creando en centros de materiales como el Masterfad de Barcelona, en el que colaboran científicos de materiales, ingenieros, arquitectos, biólogos, físicos y arqueólogos.

Materfad gestiona y expone más 5.000 materiales innovadores para profesionales. Hay materiales con memoria de forma, termoactivos o fotoluminiscentes. Podemos encontrar allí paredes de hormigón que dejan pasar la luz, musgo deshidratado que no se deteriora hasta después de diez años o una pintura que copia a la perfección las texturas y los olores.

La ciencia hoy hace posible que los profesionales de ámbitos diversos como la arquitectura, el diseño industrial, la química o la ingeniería palpen la materia prima con la que trabajarán. “Imagínese que una empresa necesita diseñar y construir un producto concreto para el que necesitará unos materiales específicos. Lo que hacemos en Materfad es dar a los diseñadores de este futuro producto la posibilidad de tocar y comprobar las características del material in situ”, explica Javier Peña, director científico de Materfad. En una reciente feria de este centro científico se destacaron:

Hormigón traslúcido

Existen también poderosas innovaciones que transforman materiales ya conocidos. Tal es el caso del hormigón traslúcido, que surge de la combinación del hormigón con la fibra óptica.

Este nuevo material podría inspirar una gama nueva de construcciones que se adapten a las necesidades urbanas del futuro. La creciente urbanización de la población mundial podría exigir que algunas personas tengan que vivir en entornos subterráneos, que gracias al hormigón traslúcido podrían disfrutar de luz natural.

Ciudades autorreparables

Otra innovación que surge al combinar los datos, los nuevos materiales y la biología sintética es el hormigón que se repara a sí mismo. Se trata de un hormigón estándar que se impregna con una bacteria microscópica, que ha sido sintéticamente diseñada, y está inspirada en un microorganismo que se encuentra en la cima de los volcanes. Es una bacteria que se despierta en contacto con el agua, se alimenta de compuestos disponibles en el entorno y excreta una sustancia capaz de pegar las grietas en edificios y puentes.

Fachadas flexibles

“Smart Flexibility“: son materiales de construcción flexibles que reaccionan a los cambios de temperatura y luz. El resultado son unas espectaculares fachadas adaptables al medio que, por ejemplo, se abren cuando incide la luz o se cierran cuando se enfrían.

“Smart City”

Con el proyecto “Step-Lux”, Materfad, en colaboración con la escuela Elisava, desarrollaron un suelo técnico que permite transformar en energía eléctrica la presión que ejercen los peatones o los vehículos al circular por encima.

Las nuevas combinaciones de materiales permitirán construir el espacio urbano del futuro, desde edificios subterráneos hasta autopistas con paneles solares.

“Vale compartir recetas de nuevos materiales basadas en los recursos naturales abundantes y locales que tenemos”

Liz Corbin, especialista en diseño participativo y abierto

Datos

Las nuevas combinaciones de materiales permitirán construir el espacio urbano del futuro, desde edificios subterráneos hasta autopistas con paneles solares.
“Vale compartir recetas de nuevos materiales basadas en los recursos naturales abundantes y locales que tenemos”

Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios