La sarna ovina y la necesidad de una correcta prevención

La enfermedad presente en la zona afecta la calidad de la lana y el cuero y puede causar la muerte del animal. Especialistas del Grupo de Salud Animal del INTA explican los aspectos a considerar para el correcto manejo de la majada.

La Sarna común ovina, producida por un ácaro denominado Psoroptes ovis, es una de las parasitosis que mayor daño causa en la producción ovina, por lo que es una enfermedad de denuncia y control obligatorio según lo establece el SENASA (Servicio Nacional de Sanidad Animal).

La enfermedad es altamente contagiosa, y se transmite principalmente por contacto directo con ovinos afectados, y por la presencia de ácaros vivos en la ropa del personal de campo, instalaciones, o maquinaria de esquila. Aunque en las etapas iniciales de la infestación las lesiones son prácticamente indetectables, una vez que avanza, los signos son evidentes: los animales sufren una intensa picazón y se rascan permanentemente, incluso contra postes y alambrados, se afecta severamente la calidad de la lana y del cuero, pudiendo llegar a la muerte en los casos más graves.

La evolución de las poblaciones de ácaros se ve favorecida por el frío y la humedad, por lo cual la sarna psoróptica se manifiesta clásicamente en invierno. Esto determina que las majadas patagónicas sufran una mayor exposición, ya que el ambiente frío se mantiene constante durante muchos meses del año.

La presencia de la enfermedad en la majada determina importantes pérdidas económicas, debido a la disminución de la cantidad y calidad de lana, la mortandad de animales, la pérdida de peso y de condición corporal, y los costos de tratamiento para su control.

Durante los últimos dos años, el Grupo de Salud Animal (GSA) de INTA Bariloche, registró un aumento del número de casos de sarna en majadas de Patagonia, así como también fallas en algunos tratamientos inyectables. Por estos motivos, el GSA realizó pruebas en ovinos para determinar la eficacia de algunos de los productos antisárnicos disponibles en el mercado, y si bien hasta el momento no se detectó resistencia antiparasitaria, se observó que el tiempo requerido para lograr la efectividad máxima fue mayor al esperado, en algunos casos aproximadamente un mes.

En este contexto, se destaca la importancia de prevenir el ingreso de sarna en los establecimientos, y para esto se resumen algunas medidas relativamente simples pero fundamentales a tener en cuenta:

• Considerar que todos los animales que ingresan al establecimiento representan un riesgo de contagio para la majada: aunque no se observen síntomas o lesiones, pueden tener infestaciones recientes que aún no sean evidentes. Por lo tanto todos los animales que ingresen, ya sean ovinos comprados, carneros obtenidos en préstamo o devueltos, ovinos que regresen de ferias o exposiciones, deberán mantenerse en cuarentena separados de la majada general durante al menos tres semanas, lo que permite examinarlos, observar signos de infestación y tratarlos si fuese necesario.

• Contar con buenos alambrados perimetrales y realizar el mantenimiento de los mismos, con el fin de evitar el ingreso de animales sin control sanitario al establecimiento.

• Revisar la majada al menos dos veces al año, aunque no se observe rascado, pudiendo aprovechar los momentos donde los animales se reúnen (preservicio, señalada, vacunaciones, esquila). Esto permite detectar la presencia de ácaros así como también otros parásitos externos, como melófagos (“falsa garrapata”) o piojos, en los estadios iniciales de la infestación, por lo cual se podrá aplicar un tratamiento temprano acorde al parásito encontrado y evitar así mayores pérdidas.

• Además de las revisiones “programadas”, se debe revisar urgentemente a la majada si se observan síntomas de picazón en los animales (si se rascan, se frotan contra postes o se muerden), o con el vellón “desprolijo”, o con mechones sueltos.

• Controlar la desinfección de maquinaria, indumentaria y accesorios utilizados para la esquila.

En caso de aplicar tratamientos antisárnicos es importante incluir a todos los ovinos del establecimiento, ya que los animales que queden sin tratar volverán a infestar al resto de la majada. Existen varios productos comerciales aprobados por el Senasa como antisárnicos: inyectables para aplicación en una o dos dosis, o para baños de inmersión en dos aplicaciones. Estos deben administrarse con la dosis e intervalos de aplicación que corresponda según las instrucciones de la etiqueta, lo cual es fundamental para lograr el éxito de los tratamientos, ya que los productos antisárnicos matan a los ácaros adultos pero no a los huevos.

A partir de la información recabada y los resultados obtenidos en pruebas a corral con animales, el GSA – INTA Bariloche trabaja en el desarrollo de pruebas In Vitro para la evaluación de la efectividad de los productos antiparasitarios, lo que permitiría obtener resultados en condiciones de laboratorio, en menor tiempo y con menor costo.

El INTA Bariloche trabaja en el desarrollo de pruebas In Vitro para la evaluación de la efectividad de los productos antiparasitarios.

“Todos los ovinos que ingresan al establecimiento representan un riesgo de contagio de sarna para la majada”.

Marcela Larroza, investigadora de

INTA EEA Bariloche

Datos

El INTA Bariloche trabaja en el desarrollo de pruebas In Vitro para la evaluación de la efectividad de los productos antiparasitarios.
“Todos los ovinos que ingresan al establecimiento representan un riesgo de contagio de sarna para la majada”.

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