Las FARC lanzan gran ofensiva contra Uribe

BOGOTA (AFP).- Las FARC arreciaron sus ataques en varias regiones de Colombia causando al menos 61 muertos desde comienzos de febrero, en lo que describen como el inicio de una gran ofensiva contra el gobierno de Alvaro Uribe, que aspira a la reelección apoyado en su política de mano dura.

Luego de dar muerte a 47 militares en las dos primeras semanas del mes en acciones que incluyeron un asalto a una base de la Armada y combates en una región que se considera bajo control del Ejército, los rebeldes perpetraron el fin de semana una serie de ataques que dejaron nueve muertos y 27 heridos.

El número dos de las FARC, Raúl Reyes, advirtió en una entrevista el pasado sábado que las recientes acciones son el inicio de una ofensiva contra la política de seguridad de Uribe, con la que el mandatario ha prometido derrotar a la guerrilla. «Esto no es sino el principio de lo que se hará en el país contra el régimen de Alvaro Uribe. El aún sigue soñando con la paz arrasada. Hoy más que nunca nuestras milicias bolivarianas, nuestros combatientes más expertos en guerra concentrados en cada rincón del país y el Partido Clandestino darán fin a su política de seguridad democrática», dijo Reyes al teleinformativo Noticias Uno.

Pero Uribe negó ayer que las recientes acciones de las FARC obedezcan al fin de un repliegue táctico y reiteró su decisión de derrotar a ese grupo. «Aquí no ha habido repliegue del terrorismo, sino acción de la fuerza pública», afirmó.

El comandante del Ejército, general Reinaldo Castellanos, quien el pasado viernes reivindicó la muerte de unos 80 rebeldes en 20 días de combates en los que perecieron cinco militares, aseguró que las Fuerzas Armadas están preparadas para contener la «agresión terrorista» de las FARC. «Y no sólo es que estemos preparados, sino que estamos en el máximo de nuestra ofensiva», afirmó Castellanos refiriéndose al Plan Patriota, considerado la mayor ofensiva contra las FARC en cuatro décadas, y en el que intervienen 17.000 militares. No obstante, la arremetida guerrillera ha sido interpretada por analistas como el posible fin del repliegue estratégico de las FARC para debilitar a Uribe, quien aspira a postularse para un segundo mandato a partir de 2006 y que enarbola la lucha contrainsurgente, apoyada por Estados Unidos, como su principal bandera de gobierno. El presidente mantiene una popularidad del 70% y su estrategia antiguerrilla es avalada por el 67% de los colombianos, según encuestas.


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