«Las peores condiciones son para los afiliados a las AFJP»

LLos especialistas en el endeudamiento de la Argentina advirtieron que la propuesta que formuló el gobierno nacional es insuficiente y que requiere mayores definiciones, a la vez que no descartaron la posibilidad de que se realice alguna corrección a la iniciativa que plantearon.

Marx y Kiguel criticaron la nueva oferta por la deuda

Frente a las complicadas negociaciones que se llevan a cabo con los acreedores, Río Negro consultó a dos de los principales protagonistas de la colocación de deuda durante la década del 90 como son Miguel Kiguel y Daniel Marx, ambos ex secretarios de Finanzas.

En primer término, Miguel Kiguel, quien se desempeñó en el cargo de Finanzas entre agosto de 1996 y diciembre de 1999, aseguró que la oferta realizada por el Gobierno tiene muchos aspectos que aún no se conocen y que se han fijado las peores condiciones para los afiliados a las AFJP.

«Creo que hay muchos detalles por conocerse, o más bien, muchos detalles que se van a tener que ir definiendo. Por ejemplo, ahora han surgido rumores de que el bono cuasipar va a ser seguramente ajustable por el CER», resaltó el ex funcionario. Insisto, todavía quedan muchos detalles por definir para entender bien cuál es la estructura», puntualizó.

Consultado acerca del tratamiento que se les otorgó a las AFJP, Kiguel subrayó que «en realidad el tratamiento no es a las administradoras, sino a los afiliados`».

«Aquí son los afiliados, en definitiva, los que están recibiendo los peores términos dentro de la oferta. Digámoslo de otro modo. Los argentinos somos los que estamos recibiendo las peores condiciones de la propuesta, lo cual parece un poco paradójico», recalcó.

Por su parte y de modo coincidente, el ex secretario de Finanzas Daniel Marx formalizó observaciones sobre la situación de las personas que teniendo títulos en default de corto plazo recibirían otros papeles a 30 o 40 años y sobre la viabilidad de que las AFJP acepten títulos sin cláusulas de ajuste.

«Es un paso importante en términos de buscar la normalización de la relación financiera y con ello lograr mayores inversiones. Hay que ver los detalles para poder tener una evaluación. Tengo preocupaciones puntuales, por ejemplo, qué pasa con los que tienen títulos muy cortos comparado con lo que tienen bonos más largos», expresó Marx.

El ex funcionario también manifestó que con relación al nivel de adhesión de los acreedores, «antes que nada hay que empezar a definir aspectos que todavía siguen sin conocerse. Porque por ejemplo, lo que se hizo es reconocer un monto global pero no se especificó qué

va a recibir cada uno de acuerdo al contrato que tenga. Esto se va a ir aclarando», puntualizó.

En ese mismo sentido, su colega, Miguel Kiguel, acotó que en esa propuesta «todavía hay que hacer ajustes, quizás algunos retoques para una propuesta que reciba una alta aprobación».

Paralelamente, en el Ministerio de Economía se considera que las negociaciones con los acreedores van a ser duras, aunque se ratificó que el nivel aceptable de adhesión sería del orden del 65 al 70 por ciento, una cifra bastante más baja de la que quiere el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha fijado como piso el 80 por ciento.

Y precisamente, hacia fines de la próxima arribará a Buenos Aires una nueva misión del FMI, la cual se encargará de analizar con más profundidad la propuesta de reestructuración de la deuda pública.

Lo que se observa en los primeros días después del lanzamiento, la oferta ha tenido rechazos generalizados entre los acreedores del exterior. (ABA)

Apoyo de la gente

BUENOS AIRES (ABA).- Más de la mitad de los consultados confía en que la nueva propuesta lanzada por el ministro Roberto Lavagna alcanzará la aceptación del 70 % de los poseedores de bonos de la deuda, mientras sólo el 26,8% considera que la mayor parte de los acreedores rechazará el ofrecimiento.

Ello se suma a que el 42,3 % afirmó que el gobierno nacional ha hecho bien en reconocer intereses por los bonos vencidos; mientras el 34,5 % opinó que se debería mantener la quita anterior (del 75 %) sin agregar intereses.

Tales datos surgen de la encuesta realizada por la consultora OPSM -que dirige Enrique Zuleta Puceiro- entre 1100 personas de diferentes regiones del país. De todos modos, bastante menos gente que hace tres meses atrás entiende que si la negociación de la deuda resulta exitosa mejorará la economía.

Asimismo, más del 60 % sostiene que la administración central debería primero concentrarse en los problemas sociales para después solucionar la deuda. Ambas posturas que parecen relativizar la magnitud del problema, no obsta a que un 70,6 % reconozca que el gobierno le está prestando al tema del endeudamiento «la atención que merece».

Otra señal interesante de la importancia de la cuestión, es que el 64 % de los interrogados apuntaron que el problema de la deuda es de «todos los argentinos» contra un 23,7 % que interpreta que es del gobierno.

Además la muestra permite vislumbrar la existencia de un interés impensado de la opinión pública en la negociación ya que el 40 % reconoció que sigue «mucho» o «algo» su desarrollo. La postura de extrema dureza inicial sustentada por el ministro de Economía, Roberto Lavagna, consiguió en su momento un tenue apoyo que con el tiempo se tornó minoritario, seguramente por su inviabilidad. A tal punto que de un 14 % que calificaba esa estrategia de «muy correcta» se pasó a un 5,8 %, mientras que de un 55 % que la juzgaban correcta disminuyó al 41 %.

 

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