Leandro Kees y la escena: la ética como pulso

El dramaturgo oriundo de Centenario está al frente de “Trashedy”, estrenada a sala llena en Neuquén. De regreso tras una larga estadía en Alemania, cuenta con qué teatro se (re)encontró aquí.

Mañana, a partir de las 21:30 en el teatro Ámbito Histrión, Chubut 240, vuelve a escena la pieza “Trashedy”, del coreógrafo oriundo de Centenario, Leandro Kees, y que cuenta con las interpretaciones de Paula Boselli y Francisco Ruiz. La ficha técnica se completa con Santiago Aza Sena, en la operación de video, luces y sonido, la fotografía de Nico Maiolo y la asistencia de dirección de Bárbara Traves Morán.

Estrenada en 2011 en Alemania, y tras haber sido vista en más de veinte países, “TRASHedy” interroga en la escena con un lenguaje tragicómico, sobre los avatares de este planeta que produce, consume y deshecha materia y elementos nocivos para la convivencia de los seres vivos. De ahí es que la obra se anuncia con temática ambientalista, porque “busca dialogar con la audiencia a partir de un lenguaje metafórico cargado de humor y audacia, sobre una realidad absolutamente trágica como es la destrucción sistemática de los recursos naturales”.

El estreno en Neuquén fue el viernes pasado a sala llena. Un público heterogéneo aplaudió por largo rato esta producción de Cuerpo Escénico, y que se mantendrá en cartel todos los viernes de abril y mayo.

En diálogo con este diario, Leandro Kees se mostró satisfecho por el recibimiento de su obra. Y si bien insiste en hablar de un trabajo que en sus orígenes fue gestado en equipo, lo cierto es que el producto lleva su sello y no deja de ser presentado gracias a su ímpetu inquieto.

Su vocación y constancia se forjaron en la región, con reconocidos maestros del teatro y la danza, para luego continuar en el Conservatorio Nacional de Arte Dramático, en Buenos Aires, la Universidad de Cine, y ya pegar el salto a Alemania, donde ingresó a la Universidad de Folkwang , a su carrera de Danza Contemporánea y Coreografía. Allí no sólo estudió durante seis años, sino que formó parte del equipo de docentes. Nunca dejó de producir. Es autor de cincuenta obras.

Luego de quince años en Alemania, Leandro Kees está de regreso en la ciudad, feliz, según comenta. Dice sentirse pleno porque encontró complicidad a la hora de trabajar con sus colegas. “Es el momento justo para regresar. Me gusta estar aquí, y poder transmitir lo aprendido en todos estos años que fueron muy buenos, pero de los que terminé cansado de tantas idas y venidas”.

Respecto a TRASHedy, cree haber encontrado a los intérpretes justos para llevar adelante semejante temática, como lo es la situación ambiental del planeta. Por los recursos técnicos con los que se vale la obra, la pieza podría volverse superficial si no hay una misma energía en el trabajo. “No hay coreografía ni dramaturgia que soporte la ausencia de un intérprete, y menos en ésta”, dice Kees.

Cuestionador de su tiempo, el coreógrafo cree estar en un muy buen momento para seguir creando desde las preguntas filosóficas que hacen a su lugar y a su hacer en el mundo. Si en un pasado creó a partir de la literatura dramática, hoy eso ya no sucede. Su obra traduce este presente y marca el cambio de rumbo en su creación. “A los treinta años me di cuenta que lo que más me interesa es la realidad directa, lo que veo y exploro desde lo cotidiano. Las preguntas igual siempre están atravesadas por la ética. De ahí es que nace entonces esta inquietud por el planeta”, dijo.

Desde una mirada global, cree que muchos artistas carecen a veces de una posición filosófica, de una definición personal del arte. “Veo mucho foco entre el proceso del artista y su obra y menos atención en la relación entre la obra y el público”.

Con excelentes interpretaciones, esta “tragedia” , aún en la risa es contundente en desear un mundo mejor a partir del desastre en el que se ha convertido este mundo.

En esta disparatada metáfora de la realidad, Leandro Kees, es el beso en la playa, en la selva, el vuelo creativo necesario para abrirse a este planeta con el corazón, el cuerpo y la mente.

Menos plástico pide a gritos TRASHedy, este presente.

“Veo mucho foco entre el proceso del artista y su obra y menos atención en la relación entre la obra y el público”,

dice Leandro Kees al momento de analizar la escena actual.

Con lenguaje tragicómico “Trashedy” interroga sobre los avatares de este planeta que produce, consume y deshecha elementos nocivos para la convivencia de los seres vivos.

Datos

“Veo mucho foco entre el proceso del artista y su obra y menos atención en la relación entre la obra y el público”,
Con lenguaje tragicómico “Trashedy” interroga sobre los avatares de este planeta que produce, consume y deshecha elementos nocivos para la convivencia de los seres vivos.

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