Llegaron las ballenas a Puerto Madryn

La temporada de avistaje de ballenas ya se vive a pleno en península Valdés, provincia del Chubut, con la expectativa en los próximos días de la puesta en servicio del primer semisumergible argentino para observar los cetáceos bajo el agua.

TEMPORADA

Finalizando junio, se cuentan por cientos los ejemplares de ballena franca austral que todos los años se aparean y dan a luz a sus crías en las aguas del golfo Nuevo, frente a Puerto Madryn, y a la pequeña localidad de Puerto Pirámides, donde hay seis operadoras habilitadas para realizar los paseos embarcados, de aproximadamente una hora de duración.

También se pueden ver fácilmente desde la costa de El Doradillo, un área protegida a pocos kilómetros de Puerto Madryn, donde cada tarde se instalan familias completas de lugareños y turistas a disfrutar del mate y ver las cabriolas de los enormes mamíferos a escasos metros, casi al alcance de la mano.

De igual modo, durante el avistaje se pueden ver ballenas jugando, interactuando con las embarcaciones y a veces dando impresionantes saltos, a poca distancia de la gente.

El “Yelow Submarine” será botado finalmente el 12 de julio. Se construyó íntegramente en un astillero de Mar del Plata inspirado en los barcos que se utilizan para realizar observaciones submarinas en el Caribe y en la Gran Barrera de Coral australiana.

Tiene capacidad para 35 pasajeros y visto a flote recrea la imagen tradicional de los submarinos, ya que en el piso inferior tiene un habitáculo con ventanas para observar el mar y las ballenas.

A criterio de los expertos, “ver la ballena franca austral desde una embarcación es una experiencia única, que debe hacerse al menos una vez en la vida. Nos enseñan diariamente hábitos y costumbres con sus saltos y estallidos en el agua, sus colas y sus movimientos”.

Bastan unos pocos minutos de navegación para distinguirlas por sus enormes chorros de aire y agua y no tardan demasiado en acercarse curiosas a la lancha. La primera impresión y sorpresa será una colosal mole oscura que emerge bruscamente a la superficie para caer nuevamente con un estruendo inverosímil, mostrando toda su grandeza.

Mientras la gente observa tamaño espectáculo natural, el guía va narrando algunas de las características más importantes de estos grandes cetáceos: “la forma en que mueven el cuerpo, los movimientos de sus colas, cómo nadan o qué es realmente el chorro de agua que como spray sale hacia arriba”.

“La ballena franca austral presenta un cuerpo curvado y no posee aleta dorsal. Las hembras adultas miden entre 13 y 16 metros, en tanto que los machos alcanzan sólo 12. Los adultos pueden llegar a pesar entre 30 y 40 toneladas”, agrega el guía en medio del clic incesante de las cámaras que quieren registrar la mejor foto.

La descripción termina con la boca, que “tiene forma curva, se disponen, unidas a la mandíbula superior, unas 260 placas o barbas córneas, llamadas originariamente baleen, de donde proviene el nombre castellano ballena”.

Hay días (algunos dicen que son los que presagian mal tiempo) en que las ballenas premian a los visitantes mostrando su gigantesca cola sobre el agua, de unos cinco metros, y permanece con la cabeza abajo durante varios minutos, abandonada a los caprichos de los vientos marinos.

Las ballenas llegan año a año a las aguas del golfo Nuevo escapando del crudo invierno de las aguas antárticas para procrearse y criar a sus ballenatos. Los primeros nacimientos se producen en junio y continúan hasta octubre. Su gestación dura doce meses y, por igual período de tiempo, la hembra amamanta al recién nacido, que en el momento del parto mide cinco metros y medio. Cuando estos animales están en capacidad de reproducción, regresan, con intervalos de tres años, al área de Península Valdés buscando aguas seguras y tranquilas para parir otra cría.

Avistajes inolvidables

El tipo de avistajes que se realiza desde hace cuatro décadas en Pirámides impide que las embarcaciones puedan acercarse a las ballenas con el motor encendido. El capitán lo detiene en un punto prudente y luego espera que sean los cetáceos los que se acerquen. Las únicas seis empresas autorizadas se encuentran reguladas por leyes específicas, a fin de proteger la integridad de las ballenas francas, declaradas Monumento Natural en 1984.

Desde Puerto Madryn aseguran que “todo está listo para que el avistaje comience, queremos que forme parte de esta experiencia inigualable, donde la pasión siempre gana la partida”. La invitación está hecha. Colas, saltos, lomos y chorros de agua para “una temporada de película”.

Toda la fauna marina

Puerto Madryn es el punto de partida para visitar numerosos sitios de interés, algunos de ellos declarados Patrimonio de la Humanidad por Unesco.

El primer lugar lo ocupa la asombrosa península de Valdés, un reservorio de vida silvestre único en el mundo, ya que pocos lugares ofrecen la posibilidad de observar en su ámbito natural tanta cantidad de animales. Junto a las gigantescas ballenas aparecen lobos y elefantes marinos, pingüinos, numerosas aves, guanacos y otras especies terrestres se concentran en esta reserva natural de 360.000 hectáreas en donde casi no hay más habitantes y estrellas que éstos.

En coincidencia, tanto en Madryn como en Pirámides también se realizan otras actividades, como sandboard, mountain bike, trekking, cabalgatas, paseos náuticos, snorkelling, buceo con lobos marinos y kayak.

Empresas habilitadas

Para el avistaje de ballenas, desde Puerto Pirámides:

-Jorge Schmid/Punta Ballenas (segunda bajada). Informes y reservas (0280) 4495112 – e-mail: puntaballena@puntaballena.com.ar

-Southern Spirit Cruises (primera bajada). Informes y reservas en Puerto Madryn: (0280) 154572551,

reservas@southernspirit.com.ar

– Peke Sosa Avistajes (segunda bajada). Central de reservas en Puerto Madryn: (0280) 154697560

– Hydroport (primera bajada). Informes y reservas: (0280) 4495065, e-mail contacto@hydrosport.com.ar

-Tito Bottazzi (segunda baja).. Informes y reservas: (0280) 4495050, e-mail: agencia@titobottazzi.com.ar

-Whales Argentina (primera baja). Informes y reservas: (0280) 495015, e-mail: info@whalesargentina.com.ar

Los costos de los avistajes rondan los $490 ($245 menores de 4 a 12 años), para la temporada baja (se extiende hasta el 31 de agosto). Desde el 1° de septiembre al 15 de diciembre (temporada alta), cuesta $640 y $320. En el “Yelow Sumarine” (semisumergible): $980 y $490 (temporada baja) y $1280/$640 (alta).

Con nombre propio

El “sello de identificación” de cada ballena son las callosidades que tienen en la parte superior de la cabeza que permite a los científicos distinguirlas y hasta ponerles nombre. La más famosa es “Garra”, un ejemplar macho con una gran mancha blanca en su costado que el 25 de septiembre de 2002 quedó enredado entre las cadenas de una embarcación y los capitanes debieron vararlo en la marea para salvarle la vida, tras varias horas de esfuerzo de toda la comunidad de Puerto Pirámides. La gesta dio origen al Día Nacional de la Ballena y “Garra” volvió al golfo tras cuatro años de ausencia.


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