“Lo que no va a suceder en 2021, es una mejora en materia de precios”

La gestión del gobierno en su primer año en el poder, deja claroscuros. El economista Manuel Alvarado Ledesma dialogó con PULSO, destacó el acuerdo de reestructuración, pero señaló las inconsistencias fiscales como causales de la incertidumbre a las puertas de 2021.

PREGUNTA: ¿Cuál es su balance del año?

RESPUESTA: Es un año inercial. Fue una ventaja haber dejado atrás el default, con una negociación algo larga pero finalmente positiva. En el resto de los aspectos de la gestión económica, se han profundizado los problemas. El déficit fiscal, que es el nudo de la inflación actual, sigue sin resolver, y la inflación sigue siendo elevada, lo que a la larga se traduce en un incremento de la pobreza.

P: ¿Cómo evalúa la gestión de la pandemia?

R: La pandemia es un problema ajeno al gobierno, y en todo caso podemos discutir si el gobierno manejo bien o mal ese problema. Independientemente de ello, la situación económica se ha empeorado. Existe un exceso de gasto público, lo que induce a la emisión de dinero y a la falta de confianza en la moneda, con lo cual la gente mueve rápidamente el dinero, y eso acentúa todavía más la inflación. Nadie quiere tener los pesos en las manos, por lo cual esos pesos se van a bienes y a dólares.

P: La emisión de este año ha sido récord y el producto está a la baja. Pese a ello la inflación se modera ¿Hay que esperar un salto de precios en 2021?

R: Sin dudas hay una inflación reprimida. No se puede decir con certeza lo que va a pasar, pero si se puede anticipar lo que no va a pasar. Lo que no va a pasar en 2021 es una mejora en términos de precios. Lo más probable es que salgamos de esta profunda recesión y vayamos a una recesión más moderada. Este año el producto caerá un 11%, y el año que viene a lo sumo quedaremos en cero. Quiere decir que habrá una mejora en la actividad económica respecto a un año malo como 2020. Solo eso va a empujar los precios por la mejora en el consumo, con una oferta reprimida porque no hay inversión, y con precios relativos desvirtuados debido a la intervención. Las tarifas públicas hace doce meses que no suben. La relación entre las tarifas y el resto de los precios, tarde o temprano se corrige. Me animo a decir que para 2021 se puede esperar un piso de inflación del 40%.

P: El dólar en términos reales luce competitivo ¿A qué atribuye la presión por una devaluación?

R: Hay un problema de confianza enorme. La presión sobre el tipo de cambio no se da por el dólar en sí, sino por la necesidad de escaparle al peso. La moneda pierde valor día a día a causa de la inflación. Por ello si la expectativa es una inflación igual o mayor en el futuro, la gente busca un instrumento que le permita guardar mejor el valor de sus tenencias. Ello a pesar de que el dólar a nivel global no está en su mejor momento, pero pese a ello para el argentino sigue siendo la mejor forma de ahorrar. El peso sirve para intercambiar, pero no tiene credibilidad. En Argentina no tenemos moneda, y por lo tanto no tenemos soberanía. El dinero es credibilidad, si no hay credibilidad no hay dinero, y si no hay dinero, el dólar sube.

P: ¿A qué atribuye la falta de credibilidad?

R: En Argentina suceden cosas inauditas. Seguimos trasladando trabajadores de la actividad privada a la pública, se siguen aplicando planes sociales indiscriminadamente, se les sigue pagando la universidad a los estudiantes extranjeros. Eso es más gasto público y mayor ineficiencia. Eso sumado a un Estado en manos de un gobierno con escasa idoneidad. Es difícil que se recupere la credibilidad.

P: ¿La reestructuración no generó mejora en las expectativas?

R: Las expectativas vienen condicionadas por el pasado, que nos lleva siempre a pensar en forma negativa. Hay que quebrar esa sensación con señales muy claras y muy fuertes. Evidentemente la reestructuración no fue suficiente. Y las señales que acompañaron el proceso de negociación, fueron muy negativas. En la misma fecha, surgieron ideas como la expropiación de una empresa pasando por encima de la justicia y del derecho de propiedad. El actuar del gobierno en cuanto a la usurpación de tierras, es otra señal similar. Tanto el inversor grande como el pequeño ahorrista, ve estas cosas y se asusta. Hubo dos caminos paralelos. Por un lado se actuó racionalmente, en relación a la deuda, y por el otro hay irracionalidad en otros aspectos.


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