La historia de la escuela rural de El Manso, a solo 17 kilómetros de Chile

La escuela cumple 92 años. Hoy, sin internet en la zona y en tiempos de pandemia, los docentes llevan las tareas a sus alumnos, casa por casa.

Ubicada a solo 17 kilómetros del límite con Chile, a 28 kilómetros de la ruta nacional 40 y a 93 km al sur de Bariloche, la escuela rural 92 del paraje rionegrino El Manso cumplió 92 años, desde su creación el 24 de marzo de 1928.

En los inicios de la escuela, allá por la década del 20, había unos 20 alumnos que llegaban caminando o a caballo. Y muchos venían desde Chile y se quedaban a dormir en la casa de la familia Turra. En esta zona, estaban las familias Gallardo, Maldonado, Viles”, detalló Adriana Lengyel, la directora de la escuela de jornada completa a la que hoy, concurren 48 niños, de nivel inicial y primario.

En ese entonces, el edificio del colegio se había levantado en la margen norte del río Manso, en un terreno que había sido donado por uno de los pobladores. Pero en 1972 un incendio consumió por completo la estructura de madera. La escuela se trasladó momentáneamente al puesto sanitario hasta que finalmente se construyó un nuevo edificio de material en la otra margen del río. Pero un nuevo incendio en el colegio volvió a golpear a la comunidad en 1995.

Hoy, la directora comenta orgullosa que es la escuela más concurrida de la zona y que este número “es estable en los últimos años”.

No tiene que ver con un aumento de la población. Sucede que la mayoría de las familias no se va de acá. Los hijos se quedan. Es población rural y hacen trabajos de campo desde lo que es forestal, ganadería y agricultura. Ahora, muchos trabajan del turismo, con el rafting y las cabalgatas”, explicó .

Cuatro docentes trabajan en la escuela 92 donde las aulas «son multigrado» (el primer ciclo tiene primero y segundo grado; el segundo ciclo, tercero, cuarto y quinto grado y el tercer ciclo, sexto y séptimo grado). El período de clases es de febrero a diciembre.

La escuela se creó el 24 de septiembre de 1928. Foto: gentileza

La comunidad cuenta con un taller de huerta que, según cuentan, ya llegó a todas las familias con la propuesta de huertas orgánicas y la construcción invernaderos. Este año, se comenzaron a hacer plantines, junto con el INTA, en los distintos invernáculos de las familias.

Lengyel, de 48 años, nació en El Bolsón pero lleva 31 años en El Manso. Insistió en que “el lugar es hermoso tanto para trabajar como para vivir” aunque al estar en plena cordillera, “llueve el 60% del año. Eso ayuda a mantener el verde pero también trae complicaciones como los cortes del camino y quedamos aislados”.

La escuela 92 tiene 48 alumnos de nivel inicial y primario. Foto: gentileza

A raíz del clima, la comunidad educativa de El Manso insiste desde hace tiempo con la necesidad de contar con un Salón de Usos Múltiples para los recreos, las clases de educación física, los actos y los encuentros con la comunidad. “Al llover tanto, el único lugar grande que tenemos es el comedor donde apenas entramos. Por eso, los chicos permanecen en las aulas la mayor parte del tiempo”, expresó la directora.

Sin conectividad

La pandemia desnudó otra gran necesidad para la escuela 92 de El Manso. Ese sector tan alejado de la ruta 40 no cuenta con conectividad lo que se convirtió en un gran problema para que, desde sus casas, los estudiantes puedan interactuar, recibir clases, recibir y entregar las tareas.

Todo lo que es aulas virtuales y plataformas es por internet con lo cual acá es imposible de implementar. Sentimos que nuestra comunidad educativa queda fuera del sistema, sin una propuesta para interactuar, consultar y hacer las tareas”, advirtió Lengyel.

Pese a que las distancias son largas, la única forma de hacer un seguimiento pedagógico fue a través del soporte papel, cada 15 días. “No es fácil pero lo único que nos funcionó fue llevarles las tareas y cuadernillos que mando el Ministerio a cada uno de los niños, casa por casa. A veces, las entregamos en la escuela, cuando se dan los módulos de alimentos”, indicó.

La celebración de los 92 años del colegio también se llevó a cabo “a distancia”. Las maestras decidieron reunir audios de los alumnos con un mensaje en el que expresaban qué sentían. La mayoría se repetía: “Extraño mi escuela”, “extraño a mis amigos, “extraño todo”, “extraño a la maestra y queremos volver”, “extraño hasta la tarea y cantar a la bandera con vos”.

Grabar los mensajes resultó una odisea ya que al no haber internet, solo podían grabarlos en la escuela. “Les mandamos la consigna por un mensaje de texto. Tenemos señal de teléfono solo porque rebota en un cerro. No hay antena”, detalló Lengyel.

“Extrañan muchísimo –concluyó-. Pedimos a las autoridades que gestionen el servicio de internet para que nuestros niños tengan acceso y puedan estar conectados. En tiempos de aislamiento, el acceso a internet no es un privilegio, es un derecho”.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios