Los cambios en YPF rearman el tablero

Para el kirchnerismo duro Nielsen no aparece en el pedestal de los santos dorados. Lo ven como un hombre promercado. No habrá que sorprenderse si la operadora, renacionalizada en 2012, suma contrapeso regulacionista.

Apenas 72 horas después de jurar, Alberto Fernández tomó la primera decisión firme sobre su política energética: el economista Guillermo Nielsen es el nuevo presidente de YPF. El mensaje fue tan taxativo que el comunicado de la petrolera nacional explicitó en el primer párrafo que se trató de una propuesta directa del mandatario nacional. La primera certeza energética del Frente de Todos abre también una serie de interrogantes donde Vaca Muerta aparece entre signos de pregunta.

Nielsen, que fue clave en la renegociación de la deuda en 2005 como funcionario del entonces ministro de Economía de Néstor Kirchner, Roberto Lavagna, es otra decisión del “centro” o “moderada” que toma Fernández. Para el kirchnerismo duro el economista no aparece en el pedestal los santos dorados.

Su designación podría leerse como una definición autónoma de las que se le reclaman a Fernández en el armado de su gabinete. Sin embargo, habrá que esperar para conocer cómo se completa el tablero dentro de la petrolera porque no se descarta el ingreso, en áreas estratégicas, de nombres más vinculados a la vicepresidenta Cristina Fernández que tiene como hombre de consulta a Miguel Galuccio.

Nielsen reconoce en Vaca Muerta la posibilidad de generar la segunda Pampa Húmeda atada a las exportaciones. Puede revisarse su exposición de este año en el precoloquio IDEA donde confrontó con el exsecretario de Energía, Gustavo Lopetegui, quien semanas después “marchó preso” al intervenir los precios en el mercado de combustibles.

En el kirchnerismo ortodoxo ponen a Nielsen en el banco de las dudas al considerarlo más cercano al libre mercado. El economista trabajó en el último tiempo un proyecto de ley para los recursos no convencionales donde plantea igualar las condiciones regulatorias y tributarias con los yacimientos norteamericanos.

A grandes rasgos, en uno de los puntos centrales, propone bajar la carga impositiva del 35 al 20%. También defiende los precios liberados y reconoce la necesidad de actuar con urgencia y por fuera de los tiempos electorales para crear una política estable para el gas y el petróleo.

El gobernador Omar Gutiérrez también aparece como otra pieza clave en este rearmado petrolero. El viernes, antes del almuerzo del Día del Petróleo, donde prefirió no participar del salón vip reservado a los gerentes de la compañías, se reunió con Nielsen y cosechó buenas señales. Con astucia, aprovechó el faltazo de Nación a la cita petrolera y habló en nombre de ellos.

Después de mostrar la chapa de interlocutor les pidió a los empresarios petroleros que congelen los despidos por 90 días.

Gutiérrez y Nielsen comparten miradas sobre el desarrollo de Vaca Muerta. Ven en la libertad de acción para el sector privado la clave del desarrollo de los hidrocarburos no convencionales. Por eso no habrá que sorprenderse si la operadora, renacionalizada en 2012, suma contrapeso regulacionista en los cargos políticos.

Por ahora, las señales van en un solo sentido. El expresidente Miguel Gutiérrez, a quien se le reconoce una buena gestión al frente de YPF, continuará como director, no por el Estado, dentro de la compañía. El gesto linkea con la transición ordenada que planteó como política el presidente Fernández. Para los mercados será una buena señal.

En lo operativo hay coincidencias en señalar que la petrolera nacional tendrá una actitud más agresiva, similar a la época de Galuccio. Esa tarea es definida por el CEO. Actualmente el cargo lo ocupa Daniel González y no se descarta que siga en funciones. Sin embargo, también suena el nombre de Juan Garoby, ex YPF, que, al igual que González, trabajó a la par del “Mago”.

Galuccio aparece como un actor clave para la política hidrocarburífera del país pese a seguir como CEO y presidente de la petrolera Vista Oil and Gas que creó. También lo es Jorge Sapag, quien gravitó, como contrapeso, la escena antes de las decisiones y se mostró conforme cuando se instaló a Nielsen como candidato.