Los candados del amor llegaron a Neuquén

La tradición que surgió en Europa se trasladó a esta ciudad. Sobre un puente a orillas del río Limay, en el Paseo de la Costa, se pueden ver algunas manifestaciones incipientes de esta tradición.

La romántica costumbre es un símbolo de fidelidad y amor eterno. Los enamorados colocan sus nombres o iniciales en el candado, lo cierran sobre un puente o estructura de metal y lanzan la llave al río. La tradición es incipiente en Neuquén pero eso no significa que nuevas parejas elijan sellar su amor en este lugar de esta manera.

En uno de los puentes del paseo costero sobre la calle Democracia, entre La Pampa y Avenida Olascoaga, ya se pueden ver algunos. Quién se animó a ser el primero decidió poner la piedra fundamental para que la ciudad también tenga su “Puente del amor”, tal como existe en muchas de las megaciudades del mundo.

El origen de los candados fue a partir de un romance entre una maestra llamada Nada y un oficial serbio llamado Relja. Se comprometieron y Relja tuvo que ir a la guerra en Grecia, allí se enamoró de otra mujer. Nada no se recuperó nunca de la pérdida de su amor y murió un tiempo después. Las jóvenes del pueblo querían proteger a sus parejas y empezaron a escribir sus nombres en candados y colocarlos en el puente en el que Nada y Relja solían encontrarse. La romántica tradición migró a Europa con el libro “Tengo ganas de tí” de Federico Moccia. En el libro los protagonistas ubican un candado en el Puente Milvio de la ciudad de Roma y esa acción se replicó en cientos de puentes de múltiples ciudades del mundo.

El puente más reconocido es el Puente de las Artes sobre el río Sena en París. La capital francesa considerada “la capital del amor y del romanticismo” demuestra la construcción de un simbolismo de “amor eterno” al sellar su amor con un candado y tirar la llave al agua, para que nadie lo vuelva a abrir. La costumbre nació hace más de una década, lo que generó la caída de una baranda en 2014 por el peso de los candados acumulados. Por esta razón, en el 2015, la alcaldía de Francia decidió retirar los cerrojos del Puente de las Artes. Se retiraron alrededor de un millón de unidades, que se traduce en 45 toneladas de hierro.

El rito de ubicar los candados se extendió por diferentes países como Italia, Alemania, Corea del Sur, Irlanda y hasta en nuestro país vecino Uruguay. Por esta razón, Neuquén no iba a ser la excepción y se sumó a la romántica tradición.

Los candados del amor se han colocado en el Ponte Veccio en Florencia, en el puente Hapenny sobre el río Liffey en Dublín y hasta en el Camino Salvaje del Pacífico en Canadá. En éste último fueron retirados del Puente de Humber ya que es un sendero natural y argumentaron que causa “una distracción de la naturaleza”.

En la capital rusa comenzaron a aparecer en el Puente del Patriarca. La municipalidad de Moscú resolvió estratégicamente colocar 8 árboles de metal para que los enamorados sellen su amor. Los árboles del amor se ubican sobre el puente Tretiakovsky sobre el canal Vodootvotny.

Los municipios de cada ciudad, no suelen apoyan este tipo de manifestaciones simbólicas porque los consideran como actos de vandalismo, o por los costos que se producen a la hora de retirarlos. Pero el amor es más fuerte y los candados siguen propagándose en puentes a orillas de los ríos alrededor del mundo.


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