Los gobernadores del PJ le dieron la espalda a Duhalde

En San Luis, Santa Cruz, Santa Fe, Tucumán y Formosa se sintió fuerte la derrota peronista.

Esta vez sí. El recuento final dio la razón a las encuestas a boca de urna que pocos minutos después de las 18.00 de ayer dieron un triunfo rotundo a Fernando de la Rúa.

La victoria aliancista fue arrolladora y sorprendió la paliza que recibió el peronismo en casi todos los distritos del interior.

Aquella frase de Menem de hace unos días «perdemos en las encuestas pero ganamos en las urnas» decididamente no se aplicó ayer.

Muchos distritos en los que el peronismo había arrasado para las gobernaciones rechazaron la «fórmula federal» de Eduardo Duhalde y Ramón Ortega y apoyaron mayoritariamente la «fórmula del Obelisco», como irónicamente el presidente Carlos Menem había bautizado al binomio aliancista.

Tal lo previsto, el corte de boleta se impuso quebrando una tradición de voto sábana en la historia electoral de la Argentina.

El primer resultado fue el de Tierra del Fuego, donde la Alianza ganó por apenas el 1% en una reñida elección.

De allí se fueron sucedieron sorprendentes triunfos aliancistas en provincias netamente peronistas: San Luis, Santa Cruz, Santa Fe , Tucumán, Formosa.

La primer y gruesa lectura es que los gobernadores peronistas le dieron la espalda a Duhalde. Y la segunda, es que la provincia de Buenos Aires hubiera sido del peronismo sin tanto nerviosismo si Luis Patti, el ex comisario amigo del presidente Menem, hubiera retirado su candidatura a la gobernación.

Este esquema deja muy en claro que el verdadero rival contra el que se enfrentó Duhalde fue el presidente Menem y que si el peronismo hubiera estado unido es altamente probable que el resultado hubiera sido otro.

Ayer, la Capital, como es tradición, le fue adversa al peronismo y tal como se preveía, le sonrió a Domingo Cavallo.

Duhalde reconoció la derrota sobre la medianoche y a esa hora ya se perfilaba el triunfo en Buenos Aires.

Sus largas tribulaciones para llegar a la aparición pública, seguramente estuvieron destinadas a pensar cómo atacaría a uno de los que considera responsables de su derrota: el presidente.

Su distrito es lo único que le queda para tratar de recuperarse políticamente, habida cuenta de que Menem, con la presidencia del partido y su vocación de poder, buscará imponerse como la única oposición de la Alianza.

La Alianza también tuvo una excelente elección de diputados, lo cual sin dudas contribuirá a facilitar una gestión que tendrá suficiente oposición con un Senado y muchas provincias peronistas.

Elida Bustos


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