“Los golpes del mercado”

Los golpes de mercado han reemplazado a los golpes militares. Los grandes actores involucrados son: medios de comunicación, bancos, empresas productoras monopólicas y financieras conectadas con los paraísos fiscales –siendo este último la fuente de financiamiento para elevar el dólar– que signifiquen al CEO de Shell pérdidas momentáneas de ganancias mal habidas. Los paraísos fiscales juegan un papel completamente destructivo en las economías nacionales, expoliando la riqueza de los pueblos, que paradójicamente suelen retornar en forma de préstamos usureros y en caso de devaluaciones. Por si alguien no lo sabe, el primer paraíso fiscal se estableció en 1934. Para la década del 60 eran seis, 25 en los 70 y 73 en la actualidad. Esto explica la situación económica actual, donde existen personas que tienen más dinero que países. Los grandes actores tienen representantes y defensores locales que son: terratenientes, jueces, abogados, contadores, periodistas, políticos y otros personajes inescrupulosos como el CEO de Shell. Así, los grandes actores globales, en línea con los actores locales, conforman los grupos corporativos que establecen mecanismos para la evasión fiscal y la creación de un desorden social permanente a través de los medios de comunicación que cooptan la subjetividad de las personas y confunden con una verdad que se instala desde la tevé. Lamentablemente esta red corporativa está consiguiendo su objetivo, que es internalizar los beneficios (se apropian de los salarios con la creación de necesidades, inflación, créditos, etc.) y externalizan los costos (fuga de ganancias que no se reinvierten, contaminación y exclusión social). La gran defensa de las sociedades debería ser la unión comunitaria, donde la solidaridad es la herramienta del bien común, pero las corporaciones han conseguido aislar a los ciudadanos a partir del aprovechamiento estratégico y selectivo de las nuevas tecnologías. Han conseguido poner en la mano de cada persona un dispositivo multifunción (celulares que son radio, tevé, GPS, modo de ser, gasto y consumo) para controlar y manipular a la sociedad. La mátrix y el panóptico están más presentes que nunca. Así muchas personas dejan de creer hasta en su propia intuición para someter sus sentidos a mensajes remotos que instalan desesperanza permanente para deshumanizar y desintegrar las familias. En las estructuras actuales de convivencia social impresiona la diferencia entre ricos y pobres, que se traducen en un grado de violencia sin precedentes. ¿Se puede continuar por este camino? Los representantes políticos están perdiendo la lucha contra la red corporativa. Resulta muy llamativo que casi al mismo tiempo que se celebraba la cumbre de Davos, “donde se reúnen los miembros que conforman la gran corporación privada”, en nuestro país el CEO de Shell, en complicidad con HSBC, realice un golpe de mercado apoyado y promocionado en forma instantánea por los grandes medios de comunicación que también depositan en paraísos fiscales. Este hecho significa que la única línea de defensa recae en los ciudadanos mismos. Es hora de actuar y cuestionar la democracia representativa que ha sido apropiada. Se debe desnaturalizar la transferencia de recursos en un solo sentido y considero que los pueblos deben avanzar irremediablemente hacia una democracia de gobernanza participativa. Néstor O. Contreras, DNI 23.006.310 – Los Menucos


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