Los jóvenes intentan volver a la cultura del trabajo

Jóvenes de Bariloche encuentran en la Fundación San José Obrero la capacitación y disciplina para insertarse en el mercado laboral, a pesar de la falta de apoyo estatal.

“Más allá de las injusticias de esta sociedad, no hay forma de ordenar la vida sin laburo”, es la premisa de la formación en oficios que brinda a diario la Fundación San José Obrero en el barrio Malvinas para jóvenes que fueron “dejados de lado por la educación formal”.

Así lo explicó el principal impulsor del proyecto, Fernando Fernández Herrero, quien alguna vez coordinó el programa País, del Sedronar (cerrado por el actual gobierno a mediados de 2016) y decidió encarar una propuesta similar en el salón comunitario de la capilla ubicada en San José Obrero y Soldado Olavarría.

Allí unos 45 jóvenes de 18 a 25 años aprenden oficios y reciben capacitación laboral en especialidades como carpintería, herrería y albañilería. A falta de programas regulares del Estado que les brinden sostén, la fundación se maneja con esfuerzo propio y los jóvenes logran algún ingreso económico por los trabajos que consiguen vender.

El pasado 3 de mayo la Fundación San José Obrero recibió el premio anual Carlos Bustos, que fue creado por el Concejo Municipal para reconocer a organizaciones que realizan trabajo comunitario. Les entregaron un cheque por 30 mil pesos que piensan a la construcción de la sede propia.

Fernández Herrero dijo que los talleres son de mañana, bien temprano, a las 8.30, porque “también contribuye a que los chicos madruguen y puedan organizar su jornada”. Además, funcionan todos los días. Explicó que “si fueran sólo un par de horas, no les cambia el centro de gravedad”, ya que la continuidad es clave para recrear el hábito del trabajo.

Según Fernández Herrero “el eje estructurador es el trabajo, y otra cosa importante es generar un ambiente de afecto, que es muy transformador como herramienta, porque lo diferencia de la calle, donde la regla es la hostilidad”. Señaló que desarrollar una propuesta de ese tipo en el momento actual es difícil porque el Estado retrajo todos los subsidios. También lamentó que se haya eliminado la “beca estímulo”, que los jóvenes recibían durante la formación laboral. “Por suerte podemos decir que hoy hay muchos los que pasaron por los talleres y ya están trabajando”, afirmó.

Señaló que el objetivo central es “recuperar el valor cultural del trabajo” y propuso “no dejarle esa bandera a la derecha, que lo sostiene en forma despectiva y discriminatoria”.

Lo que buscan transmitir a los jóvenes, dijo Fernández Herrero, es que “no hay forma de ordenar la vida sin laburo” y que la tradicional división entre dos categorías (opresores y oprimidos) “tiene hoy una nueva categoría que es la de los desechados”. Con alguna ironía, afirmó que el trabajo permite al menos salir del grupo de desechados para acceder al de los oprimidos, y que esa es la opción más realista “mientras no cambie el sistema”.

“Es importante generar un ambiente de afecto, que es muy transformador. Lo diferencia de la calle, donde la regla es la hostilidad”.

Fernando Fernández Herrero, el principal impulsor del proyecto.

Datos

“Es importante generar un ambiente de afecto, que es muy transformador. Lo diferencia de la calle, donde la regla es la hostilidad”.

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