Los turistas llegan para «desenchufarse»
Gastan menos en recreación a cambio de disfrutar más del mar y la tranquilidad
La característica común de los turistas que han llegado a la villa es que ninguno de ellos quiere saber nada acerca de la situación económico institucional del país. «Vinimos a desenchufarnos», repiten. «No sabemos qué va a pasar cuando volvamos pero por ahora queremos disfrutar», expresan, por ejemplo, el matrimonio Montoya de Tres Arroyos y sus amigos Casado de San Rafael, Mendoza.
Llegaron a Las Grutas atraídos por su seguridad y destacan que los precios son mejores que en la provincia de Buenos Aires. Cada pareja se aloja en cómodas cabañas del cámping del Instituto de Seguridad Social del Neuquén abonando 25 pesos por día.
Todos los encuestados por este medio coincidieron en que la única actividad que realizan en la playa es salir a caminar y de noche son lo más austeros posibles. Nada de excursiones ni de gastos prescindibles. «Después de las fiestas decidimos salir para este lugar que algunos amigos nos habían recomendado», comentó el matrimonio Lozano de Santa Rosa, que vinieron con su pequeña beba de pocos meses. (foto)
«En invierno y en algunos otros veranos viajamos al exterior pero esta vez preferimos venir acá», expresaron al tiempo que destacaron la buena atención en la mayoría de los comercios. Se alojan en el Hotel Portovenere y todos los días bajan a la playa en la Séptima Bajada. «Aprovechamos estas carpitas para que a la nena no le haga mal el sol», dicen.
«Anoche hicimos sapo, fuimos a un restaurante de la Primera y no nos atendieron bien», dijo Lozano, que es médico en La Pampa y viaja con su mujer docente y su beba.
La familia Sánchez de Córdoba salió de vacaciones porque hace tres años que no descansaban. «Lo habíamos planificado hace algunos meses, teníamos el dinero ahorrado y salimos igual, a pesar de la situación, cuando volvamos veremos qué vamos a hacer», expresan. Permanecerán unos 15 días, aprovechando que se alojan en un departamento, donde pueden cocinarse y manejarse con la compra de mercadería en los supermercados.
Pilar, Marina y María Eugenia son tres estudiantes de agronomía de Rosario que juntaron sus pocos ahorros, le pidieron el auto al padre de una de ellas y salieron a probar suerte. «Vamos a estar unos días acá y después nos vamos a Madryn. Cuando se nos termine la plata nos volvemos», expresaron. «Nos gustaría conocer diferentes playas más alejadas y vamos a aprovechar el auto para tratar de recorrerlas», afirman. De excursiones, por ahora ni hablar.
De Roca llegó toda la familia de un conocido abogado. «Ajustamos por todos lados, no hacemos excursiones, comemos en el departamento que alquilamos y bajamos a la playa a no hacer nada», comenta el hombre que además agrega que no quiere hablar de la economía nacional. «De ese tema no quiero hablar, vine a no pensar», termina diciendo.
La característica común de los turistas que han llegado a la villa es que ninguno de ellos quiere saber nada acerca de la situación económico institucional del país. "Vinimos a desenchufarnos", repiten. "No sabemos qué va a pasar cuando volvamos pero por ahora queremos disfrutar", expresan, por ejemplo, el matrimonio Montoya de Tres Arroyos y sus amigos Casado de San Rafael, Mendoza.
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