Mainqué, signada por más violencia en el Concejo

La última sesión terminó abruptamente cuando ediles opositores fueron insultados y agredidos por vecinos que apoyan al intendente Petricio. Denunciaron penalmente al jefe comunal.

MAINQUE (AR).- Gritos, insultos, vasos como proyectiles lanzados hacia los ediles y un áspero cruce entre los propios funcionarios. Ese fue el violento sendero por el que transitó la última reunión del Concejo de Mainqué, precediendo a una denuncia penal contra el intendente, Miguel Petricio, por lesiones y amenazas.

La del viernes fue otra jornada lamentable para la vida institucional de la localidad, que a mediados de agosto ya había vivido una sesión con tumultos protagonizados por defensores del jefe comunal dentro del recinto.

La votación por un tema que podría considerarse menor en otro contexto político derivó en una andanada de agravios hacia los opositores a Petricio, que debieron refugiarse en el despacho de Acción Social para evitar sufrir graves consecuencias físicas.

Ocurre que en Mainqué hace tiempo que los temas menores se mezclan con las disputas políticas y los conflictos adquieren grandes dimensiones.

En este escenario se ubica la pelea del intendente con quien fuera en las últimas elecciones una dirigente más en la lista del PJ, Fabiola Sánchez.

Con el paso del tiempo la concejal se distanció de Petricio por entender que la comuna no cuenta con procesos transparentes de administración (no hubo sesiones durante seis meses) y desde entonces la oposición pasó a ser mayoría en esta pequeña localidad valletana de 2.600 habitantes.

El mapa político muestra hoy a Petricio y Cipriano Melo por un lado (PJ) y a Sánchez (PJ), Cristina Díaz (UCR) y Héctor Melo (Encuentro) frente a ellos.

Aún frescos los recuerdos de las denuncias penales y los consecuentes allanamientos al municipio de agosto, el Concejo se reunió el viernes para definir un tema que ya se anunciaba como urticante: la ejecución de un plan de viviendas en un terreno cedido por el Obispado del Alto Valle, que no estaba contemplado en el proyecto original de la obra aprobado por los ediles el año pasado, según comentaron los representantes de la oposición.

Se trata de un plan de 14 viviendas, cuyos materiales son aportados por Desarrollo Social de la Nación y la construcción está a cargo de los propios beneficiarios. «Las primeras ocho casas ya están listas y ahora que debía avanzarse hacia la conclusión del programa, el intendente dispuso hacer las otras seis en otro lugar (las tierras del Obispado) y encima ocupando parte de una calle pública. Como esa no era la decisión inicial, rechazamos la propuesta», explicó Sánchez.

Ocurre que la edificación de esas seis viviendas ya está en marcha, supuestamente por orden de Petricio, que «pensó que con los trabajos en marcha nosotros no podríamos dar marcha atrás», de acuerdo a la postura de la edil.

Detalles al margen, la votación se encaminaba hacia la paralización de la obra y una posible objeción ante la justicia por la decisión arbitraria del jefe comunal. Y así fue como el clima hostil que hasta entonces se respiraba comenzó a palparse.

Unas 30 personas comenzaron a insultar a los concejales opositores, con especial énfasis en la figura de Sánchez, que sintió cómo dos vasos de agua se derramaban sobre su cuerpo.

Con los vasos vacíos, la decisión de varios vecinos fue utilizarlos para intentar agredir a los funcionarios, aunque sin suerte. Algunos pegaron en una pared y hasta el propio Héctor Melo detuvo con su mano la fugaz marcha de un recipiente.

En ese momento se abrió la puerta que comunica con Acción Social. Los concejales caminaron presurosos hacia la oficina y fue allí donde Sánchez habría recibido la primera agresión de Petricio, según su denuncia.

La edil manifestó que el jefe comunal la tomó de brazo y comenzó a zamarrearla, al tiempo que le recriminaba no acompañar sus decisiones.

Sin embargo, no todo terminó ahí. «Adentro de la sala me siguió insultando, hasta arrinconarme y amenazar con pegarme. Por suerte lo detuvo el concejal Melo de Encuentro», relató Sánchez.

Este diario consultó a Petricio respecto de las acusaciones. «Son ellos los que generan violencia», respondió .

Mientras los gritos aumentaban de volumen en el despacho de Acción Social, la policía intervino para dispersar a los seguidores del intendente.

Pasado el fin de semana largo, Sánchez llegó hasta la Fiscalía Penal 3 de Roca y radicó ante Oscar Gatti una denuncia por lesiones y amenazas.

Los incidentes llegaron ayer a oídos del gobierno provincial, que se preocupó y analizó si era conveniente mantener la «prudente distancia» que varios intendentes peronistas reclamaron semanas atrás al ministro de Gobierno, Iván Lázzeri.

Por su parte, el presidente del PJ en Río Negro, Juan Carlos Del Bello, realizó averiguaciones y sintió que las acciones iniciadas por la cúpula partidaria en agosto y septiembre para normalizar la vida interna del peronismo en la localidad estaban echadas por tierra.

«Ellos provocaron todo»

Para el intendente de Mainqué, Miguel Petricio, la responsabilidad sobre la violencia en la última sesión del Concejo Municipal hay que buscarla en los tres ediles que se oponen a su estilo de administración.

«Son ellos los que provocaron todo, impidiendo que se concrete un proyecto que permitirá ganar 15 pesos por día a desocupados y negando a un grupo de familias la posibilidad de construir su casa», sostuvo ayer.

«Claro que tengo autocrítica, porque hay cosas que no se hicieron bien, pero ellos también tienen que revisar sus acciones», se defendió ante una consulta de este diario.

Respecto de la denuncia penal por lesiones y amenazas presentada por Sánchez, aseguró que «está fundada en falacias que tienen que utilizar después de las macanas que se mandan».

«Amablemente les abrí la puerta de Acción Social para que se reguarden y como estaba en eso no pude ver si les tiraron vasos. Sobre las agresiones a Sánchez, es todo mentira», añadió.

No obstante, el jefe comunal de Mainqué admitió que su relación con la dirigente que lo acompañó en las últimas elecciones es pésima y eso derivó en una particular «sanción»: hace tres meses que no se le paga la dieta, a diferencia de sus pares, que cobran en término.

«Será porque no trabaja o porque vive en Roca y le interesan muy poco los problemas de la gente de Mainqué», justificó irónicamente el intendente. (AR)

Nota asociada: Analisis: Señor olvido  

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