Río Negro: más de 700 aislados y pocos testeos pese al aumento de contagios

La provincia alcanzó un total de 478 casos, de los más elevados en el país. ¿Qué decisiones sanitarias se toman? ¿Hay amplios testeos y vigilancia de aislados? Salud se excusó de dar precisiones ayer. Sí hablaron referentes hospitalarios de las principales ciudades.

Salud realiza unos 50 testeos diarios en promedio, sólo de casos sospechosos pese a que los contagios aceleran su crecimiento en Río Negro, que lo ubican por encima de Córdoba en número de casos diagnosticados. Advierte que no se justifica generalizarlos.

En la provincia hay actualmente más de 700 aislados, con seguimientos telefónicos y algunos presenciales, como en Roca. No parece suficiente, pues se reconoce que muchos no respetan la cuarentena fijada por Salud.

Las autoridades hospitalarias reafirman la existencia de capacidad de atención y de reactivos para los test. Por ejemplo, en Bariloche, se explica que existe una ocupación del 30% de las camas de terapia, pero solo una corresponde a un enfermo de covid-19.

Salud dijo que demorará en responder precisiones que este diario pidió sobre procedimientos de testeos, protocolos respecto de focos y nexos epidemiológicos y situación de los aislados, entre otros datos.

De todos modos, RÍO NEGRO pudo obtener algunas respuestas de los referentes de los tres principales hospitales, actualmente con más casos.


Bariloche


• Solo se hacen testeos a casos sospechosos.
• Cuando se identifica un enfermo se busca a los contactos estrechos para aislarlos. El equipo de Epidemiología investiga el nexo.
• En el Hospital Ramón Carrillo se hacen desde abril unos 30 testeos diarios. Tienen un stock de reactivos para 10 días y no cuentan con kits de testeo rápido.
• El centro de salud tiene el 30% de sus camas de terapia ocupadas pero solo un caso de covid-19 entre estos pacientes.
• Se reasigna personal para atender la demanda de la emergencia sanitaria por los casos de coronavirus. Voluntarios se ocupan del seguimiento y asistencia de aislados.
• Hasta ahora la ciudad ha tenido 156 casos y tiene circulación comunitaria del virus hace 50 días.
• Hay unas 100 personas aisladas por ser contactos estrechos de infectados actuales.
• Los aislados están en sus casas u hoteles destinados exclusivamente a este fin. Permanecen solos con provisión de alimentos y agua. Se hacen visitas programadas y llamados telefónicos a los aislados. La vigilancia es “moderada”, según autoridades locales.


Cipolletti


• Cuando aparece un enfermo la prioridad es encontrar todos los contactos estrechos y aislarlos. La investigación del caso cero no es prioridad por ser una ciudad con circulación comunitaria del virus.
• Se apunta a identificar a los miembros de grupos de riesgo entre los contactos de un enfermo.
• Los hisopados se envían a Roca o Viedma porque en el hospital local no se hacen test. Saber el resultado demanda entre ocho y 24 horas.
• El seguimiento epidemiológico lo realiza un equipo compuesto por profesionales del hospital y un grupo de personas encargado del monitoreo de los pacientes y aislados.
• En la ciudad hay 99 personas en aislamiento, según el último parte. Salvo que presenten síntomas, los aislados cumplen la cuarentena en sus hogares. Si presentan síntomas se los puede internar como casos sospechosos.
• Tras el foco en el sanatorio Río Negro, ahora los contagios se centran en ciertos casos de transmisión comunitaria y las fuerzas de seguridad. Uno de los actuales brotes de contagios se dio la Comisaría 24, que no está vinculado con los casos de Las Perlas.


Roca


Los agentes sanitarios recorren los lugares que frecuentaron los casos positivos: buscan potenciales contagiados. Los testeos se hacen a los pacientes que son casos sospechosos.

• Una vez que encuentran a los contactos estrechos de un enfermo se determina quién puede ser un posible infectado.
• Desde la semana pasada se hacen unos 40 testeos por día en el hospital de Roca. El laboratorio privado Microbiom también analiza los hisopados.
• Autoridades del Hospital López Lima aseguraron que hay gran disponibilidad de reactivos, aunque no se precisó el número. Se señaló que los kits de testeos rápido no llegaron a Roca.
• Hay disponibilidad de camas para pacientes de covid-19 y sólo un enfermo con la enfermedad está en terapia intensiva.
• Unos 30 agentes sanitarios trabajan en los centros de aislamiento. Hay unos 500 vecinos que están haciendo la cuarentena obligatoria en sus casas. A estas personas se les hace controles telefónicos y presenciales. Muchos de los aislados no han respetado la cuarentena según los últimos relevamientos del equipo epidemiológico del hospital local.
• No se han cumplido con las medidas preventivas en la policía, de allí la cantidad de casos. No se debe por falta de equipamiento o capacitación, se señaló desde la dirección del hospital.
• Creen que no se van a contagiar, hacen reuniones familiares, comparten el mate con compañeros de trabajo, no usan el barbijo y se relajan, se enumeró.


Alertan impacto en profesionales de la salud


El aumento de casos en la provincia volvió a encender luces de alarma entre especialistas en infectología y epidemiología que no forman parte del sistema de salud del Estado. El grupo, que se reunió a fines de abril con la gobernadora Arabela Carreras y con el ministro de Salud, observa con preocupación la incidencia del covid-19 en el personal de los hospitales y las instituciones privadas, particularmente en Roca.

“La ciudad es un bastión, donde las instituciones reciben casos propios y aquellos más graves que son derivados desde localidades vecinas, sobrecargando a sus equipos, que ya comienzan a tener señales de cansancio y stress, golpeados además por los contagios en sus filas”, analizó uno de los profesionales ante RÍO NEGRO.

Consideró que aferrarse al discurso tranquilizador porque sólo el 5% de los casos activos está ocupando camas de terapia intensiva es un mensaje que debe ser revisado. “Cuando dicen que no nos preocupemos, no tienen en cuenta al equipo de salud de la primera línea. Son ellos los que deben indicar si están o no saturados, más allá de si hay camas vacantes”, indicó el especialista, que pidió reserva de su nombre.

En Roca, dos de las tres instituciones tienen personal contagiado. El hospital debió cerrar la terapia pediátrica que funcionaba en Allen por el caso positivo inicial de una enfermera y -según trascendió en el contacto con este médico- el diagnóstico positivo en miembros del equipo también hizo necesario cerrar el servicio de cuidados paliativos.

Además, en la Clínica Roca hay casos confirmados entre el personal de mucamas y enfermería, algo que también diezmó parcialmente su plantel por la necesidad de aislar a compañeros de esos trabajadores.

En ese sentido, el profesional consideró necesario definir una estrategia para reducir riesgos de contagios en la vida cotidiana del personal de salud.
“Las autoridades de Salud Pública siguen insistiendo en que los únicos responsables son los vecinos que trasgreden las normas. Pero las autoridades de las instituciones de salud están preocupadas, porque sus empleados se puedan contagiar en su vida comunitaria, sabiendo que los contagios externos repercuten fuertemente en los centros públicos o privados”, describió.


Análisis

La necesidad de revisar errores y no relajarse


* Por Italo Pisani

La aceleración de la velocidad de los contagios, que han llevado a Río Negro -una provincia de 690.000 habitantes- a aventajar en casos a la de Córdoba, con 3.500.000 y superar un 70% a Santa Fe con 3.300.000 es, en algún punto, evidencia de estériles decisiones sanitarias para afrontar la pandemia.

Estos frustrantes resultados ya eran advertidos en los albores de las primeras etapas de la cuarentena.

Salir a buscar al virus, reiterada prédica presidencial, no parece ser prioridad de las autoridades de salud, limitada a contabilizar y atender los casos positivos y testear sospechosos (los que se denuncian, no los que se pesquisan), “investigar” los contactos estrechos y plantear aislamientos sin mucha información sobre rigor y formas de cumplimiento. No hay, por caso, indicios de implementación de “vigilancias centinelas” que considerasen, además de los casos confirmados, los que no llegan a consulta. ¿Se buscan realmente a personas que no cumplen la definición de casos, que no tienen síntomas o pocos, para identificar la circulación comunitaria en forma precoz? Dudoso.

Otras dos insinuaciones de desmadre oficial se dan en, paradójicamente, las áreas más sensibles del Estado ante esta lucha sanitaria: seguridad y salud.
Impacta el universo creciente de policías contagiados en Roca, Allen, Guerrico, Cipolletti, Las Perlas y Fernández Oro, en casos por comprobada negligencia, en otros por imprudencia, que ha alcanzado a altos jefes policiales. ¿Necedad, indolencia, desprotección, autosuficiencia de los propios uniformados? Desde el gobierno debería verificarse qué ha fallado exactamente.

También los contagios de profesionales ubicados en la primera trinchera de la atención del covid-19 en los hospitales, unidades de terapia y clínicas, dan cuenta de una inquietante tendencia que -salvo los casos explícitos- permanecen en el terreno del tabú.

No deberían subestimarse estas tres señales rojas. Buena parte del daño ha sido hecho por laxas medidas de origen. Y esto se percibió en los umbrales al comparar los casos entre Río Negro y la vecina Neuquén. No es suerte o destino. Hay yerros y estrategias que seguramente requieren revisión, además de la necesidad de reacciones más ofensivas y urgentes en cuanto a volumen y universo de testeos: aumentar la capacidad diagnóstica e invertir más en detección temprana.

Sería deseable, por otra parte, nutrir políticas públicas con aportes científicos (sin pruritos), aventar mezquindades políticas (patético ejemplo reciente: la confrontación Provincia-Roca) y, sobre todo, no relajarse.

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