Máximo de Rosa, pionero de la fotografía regional (Nota2)

Roberto Balmaceda*


Trascendió las fotos familiares para retratar imágenes de campo únicas de la montaña, la cordillera, volcanes, la estepa, ríos y el Valle, junto al trabajo humano.


Máximo De Rosa, fotógrafo, finalmente eligió quedarse a retratar esta vida comunitaria social y natural valletana en formación, no exenta de desigualdades sociales, de contacto humano cara a cara y de relaciones basadas en un contrato social de respeto a la palabra empeñada, que la complejidad de la vida futura irá deshaciendo lentamente.

Tres anécdotas la ilustran:

1º) Darse la mano: “Mi papá (Fernando Rajneri, fundador del diario Río Negro) vino a Roca, puso una imprenta con la cual sacaba el Semanario Río Negro y necesitaba una máquina, Victoria, de cilindro, que hacía facturas y volantes. De Rosa tenía una que la vendía en $ 600. ‘Yo no tengo esa cifra -le dijo mi padre al ir a verlo- cuando la junte vengo a buscarla’. ‘Usted puede llevarla ahora -dijo De Rosa- llévela igual’, insistió, recibiendo nuevamente la negativa de mi padre. Al juntar el dinero volvió a buscarla. De Rosa en el interín le comenta que otra persona había venido a comprarla y le ofreció más de lo que pedía por la máquina pero no se la vendió. ‘La hubiera vendido Sr. De Rosa’, le dijo mi padre. ‘De ningún modo Sr. Rajneri, nosotros nos hemos dado la mano y eso es un acuerdo que hay que cumplir’ (N. R.).

2º) Trato cerrado: después de recibir la visita inesperada en su casa del gobernador de Neuquén (Carlos H. Rodríguez ) y su esposa alrededor de 1930, quien venía a agradecerle un álbum de fotos cordilleranas que él le enviara y a pedirle un favor: participar en una exposición de La Rural en la capital, para hacer propaganda del territorio. “Le vamos a pagar todos los gastos y usted en un mes tiene que hacer una cinta del territorio y proyectarla en Buenos Aires por las tardes”. A lo que De Rosa respondió: “Yo iré pero no cobro nada. Lo que usted diga que hay que hacer se hará, pero no hable de remuneración”. “Trato cerrado”. Así se hizo. Junto al gobernador, De Rosa viajó fotografiando el territorio neuquino y filmando la primera película de la zona para exhibirla con orgullo en 1936, en Capital Federal.

3º) Empezar de nuevo: “Yo hice arreglar por cuenta mía el pabellón de Río Negro y Neuquén (en la Rural), las ampliaciones las llevaba yo. La casa Kodak facilitó un telón para proyectar de día con luz. Dejamos todo listo, cerramos y nos fuimos a comer. Cuando llegamos estaba todo oscuro y sucio. Resulta que del otro lado había otro stand y para decorar habían tirado agua y pintura con una manguera: ensuciaron todos los cuadros que habíamos preparado. Al día siguiente me fui a ver al Gerente de Kodak y le expliqué lo que pasaba. “Esta tarde tendrán las dieciséis ampliaciones de 30 por 50 y de 50 por 50”, me dijo. Encargué nuevamente los marcos y dos días después estaba todo listo. Estuvimos todo el mes que duró la exposición”. (DRN/1973)

Desde su llegada proyecta cine mudo en el Hotel Toscano con una máquina que funciona a pila con un arco voltaico, entrada gratuita y servicio de bufete. En 1917, en ocasión de la fundación de la Asociación Española, la comunidad más numerosa en Roca seguida de chilenos e italianos, realiza la primera filmación local. Dos años después lo hará con la Asociación Italiana.

En el centenario de la muerte del General Belgrano en 1920, colabora con los actos patrios incorporando por primera vez fuegos artificiales y bombas de salva. Ese mismo año registrará a los protagonistas principales de la creación del orgullo regional el Banco de Río Negro y Neuquén. En 1924 trabaja junto al ingeniero Felipe Bonoli sacando fotografías de los terrenos donde se asentarían las chacras y el trazado de Villa Regina para la Compañía Italo Argentina de Colonización, convirtiéndose en protagonista clave del registro histórico fundacional.

“Instalados en dos carpas, un día un aluvión de lodo y piedras barrió con todo pudiendo apenas salvar mis máquinas fotográficas”. En 1935 De Rosa filma la primera carrera de autos de carretera cuando corría el Negro Heredia y como copiloto Felipe Equiza, ganadores de la competencia del circuito Regina-Roca-Neuquén. En octubre de 1946 lo hace con la Fiesta del Manzano, antecedente fundamental de la Fiesta de la Manzana, organizada por la Inspección Nacional de Escuelas. Por su lente desfilaron edificios y sucesos singulares como la creación de la sucursal del Banco de la Nación, la Bodega Canale, obras de irrigación y acontecimientos sociales, políticos y familiares de distintas localidades. Las tarjetas postales inéditas en la zona de las obras de riego en sepia y azul, enviadas a Alemania para su elaboración final, fueron postales turísticas utilizadas como obsequios.

Su nombre y trayectoria merece un lugar de honor en la galería de fotógrafos italianos de General Roca y Neuquén. En primer lugar, por su papel en la construcción original de la profesión de fotógrafo, trascendiendo las fotos familiares de estudio para retratar imágenes de campo únicas y por primigenias valiosas, del marco natural de la montaña, la cordillera, los volcanes, la estepa, los ríos y el valle, junto al trabajo humano de transformación de esa misma naturaleza.

En segundo lugar, por contribuir con sus trabajos inéditos a la construcción de la historia y la identidad regional. La subjetividad de un nuevo enfoque en condiciones históricas y circunstancias adversas permitieron ver, conocer y admirar bellezas y atractivos ocultos, de aquello que Darwin tildó erróneamente de “tierra maldita” y la estrategia militar de la conquista como “desierto”, inaugurando la fotografía turística de la región, para perdurar por siempre en el corazón de la gente.

* Docente y escritor. Integra la Comisión de Estudios Históricos de Roca


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