Médico condenado por la muerte de una paciente en Neuquén
Borgarelli, que se presentaba como homeópata, le dio a la mujer dos medicamentos elaborados en Buenos Aires. No tenía habilitación para trabajar en la provincia.
La investigación y acusación estuvo a cargo de la fiscal del caso María Eugenia Titanti y del asistente letrado Bruno Miciullo. (Archivo)
El médico Mario Borgarelli fue condenado por la muerte de una paciente. Fue a través de un acuerdo en el que reconoció que era culpable de haberle dado a la mujer dos medicamentos que provocaron su fallecimiento. Quedará inhabilitado para trabajar en Neuquén, pagará una multa y una indemnización para la familia de la víctima.
La fiscalía informó que el médico, que se presentaba como homeópata, no contaba con habilitación para trabajar en Neuquén, pero venía a la provincia desde Buenos Aires, donde sí estaba en regla, para atender pacientes. A la víctima, Tamara Espinoza, le recetó dos medicamentos derivados de anfetaminas, sin indicar estudios previos.
Estos remedios eran elaborados en Buenos Aires y terminaron provocando la muerte de Espinoza, de 30 años. El 17 de diciembre del año pasado, la mujer sufrió una isquemia miocárdica.
Por el hecho, el médico aceptó su culpa y se acordó que quede inhabilitado durante cinco años para ejercer, cuando su defensa había pedido la mitad de este plazo. Además, pagará una multa de $10.000 y una indemnización a la familia, cuyo monto no fue informado públicamente.
Los delitos por los que fue condenado Borgarelli son: homicidio culposo, tráfico de medicamentos nocivos para la salud ocultando su carácter nocivo y ejercicio ilegal de la medicina.
Hubo suspensión de juicio a prueba para la secretaria del médico, elemento que se aplica cuando los delitos tienen una pena menor a tres años y la persona acusada no tiene antecedentes penales.
Borgarelli se presentaba en internet como un homeópata que durante dos décadas había desarrollado tratamientos para enfermedades crónicas y «antiage». Viajaba a Neuquén una vez por mes para atender a pacientes que consultaban por obesidad, infertilidad y alopecia. Él les recetaba medicamentos que eran elaborados en una farmacia de Buenos Aires y se los enviaba a su secretaria, que los distribuía.
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