Messi soporta todo, con quien sea, donde sea y cuando sea
Datos
- Leo Messi jugó, otra vez, como nunca. O, viéndolo de otro modo, jugó como casi siempre. Por suerte, “incumplió” el anuncio de renuncia y volvió “rubio”.
- Chile, verdugo en dos de esas finales, amaneció ayer preocupado, afuera por ahora de Rusia 2018 tras la derrota del jueves en Paraguay. A Messi, en cambio, se lo vio casi radiante. Así es el fútbol. Un cronista le dijo bromeando algo así como que se precisaba mucho coraje para usar ese nuevo rubio teñido de su pelo. “Había que empezar de cero”, le contestó, Messi. Reía, pero parecía responder en serio.
- Querer empezar de cero es más que un legítimo deseo después de tres finales perdidas. Llegar a ellas, según como se lo mire, es un privilegio. Para la selección argentina, pareció una condena. ¡Cómo no entender el anuncio de renuncia que todos intuíamos más como un estado de ánimo, dolorosamente intenso, que como una decisión firme y profunda! ¿A quién le puede importar si hay un ranking FIFA diciendo por ahí que seguís siendo el número uno del mundo si después volvés a perder? Es lógico querer “empezar de cero”. Pero es inútil. Dicen los especialistas: no se puede olvidar a voluntad.
- Messi lleva más de una década en el podio. Con Pep Guardiola o Luis Enrique. Con Ronaldinho, Zlatan Ibrahimovic o Luis Suárez y Neymar. Con Xavi o con Iniesta. Con tres juntas directivas distintas. Con Carlitos Tévez, Palermo, Pipita, el Kun o Lucas Pratto. Con Riquelme, Pastore o con Dybala. Con Pekerman, Basile, Batista, Sabella o el Tata Martino. O con el Patón Bauza. Con Grondona, Segura, Chiqui Tapia o con Armando Pérez.Messi soporta todo. Gana casi siempre. Pero gane, o pierda, se reinventa todo el tiempo. Recrea vínculos. No empieza de cero, aunque se entienda la frase. Empieza otra vez, que no es lo mismo. No estará el martes contra Venezuela. Pero es una ausencia pasajera. Porque, por suerte, cada vez que empieza, Messi empieza siempre mejor.
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