Miles de celulares robados van al mercado negro
En Neuquén se reciben de 10 a 15 denuncias de hurtos por día.
NEUQUÉN
NEUQUÉN (AN).- Las cifras asombran: en el país hay más de 45 millones de teléfonos celulares, se venden unos 10 millones al año y se roban más de 2,5 millones cada doce meses.
Según la Cámara de Agentes de Telecomunicaciones Móviles de Argentina (Catema) van a parar al mercado negro unos 7.000 por día, que son hurtados de una cartera, arrebatados en la calle o sustraídos en alguna casa.
En esta capital la policía recibe entre seis y diez denuncias diarias por estor hechos y los comerciantes que compran los móviles robados pagan entre 150 y 200 pesos. Después los venden cuatro veces más caro.
Robar un celular es fácil y negocio dependiendo de la marca porque hay equipos que pueden ser desbloqueados y que las empresas no consigan rastrearlos, pero hay otros que no. Como ocurrió alguna vez con los estéreos y como pasa con las cubiertas, el robo de celulares es rentable porque existe un mercado que lo consume.
“En uno de cada dos hurtos o robos se llevan al menos un celular”, dice una fuente calificada de la policía. Es sencillo robarlo, pero también se ha llegado a matar por un aparato de esos.
Las empresas de telefonía son celosas a la hora de ofrecer datos al respecto. En cada sucursal las empleadas dicen que reciben entre 10 y 15 denuncias diarias y sólo en la provincia de Neuquén, Movistar y Claro suman 600.000 clientes (hay más líneas que habitantes). Algunas cifras para entender un poco más la importancia del fenómeno.
¿Cómo es el circuito? ¿A dónde va a parar ese aparato? “El 90% de los móviles robados vuelve al mercado negro y el restante se vende para repuestos”.
Lo dice Leonardo Rajchert, tesorero de la Catema, organización que opera en Buenos Aires y que dio hace poco una cifra que alarma -replicada por el diario “La Nación”-: en Argentina se roban por día unos 7.000 teléfonos móviles de los 60 millones que existen.
Explicó a “Río Negro” que 2,5 millones de celulares se roban por año, que este fenómeno “no discrimina zonas” y que “Argentina ocupa, por lejos, el primer lugar en Latinoamerica”.
En Neuquén capital, el mercado negro opera de manera ajustada y sin obstáculos.
“Lo hace en las ferias los fines de semana, pero todos los días en diferentes locales de la ciudad”, cuenta una fuente de Delitos de la policía, que dice: “Es imposible detener el robo de celulares”.
Un conocedor del tema hizo una clara descripción: “En muchos comercios de telefonía, sobre todo los que operan en la periferia, compran un celular en 150, 200 pesos, lo desbloquean, le colocan un IMEI nuevo (identificación única), le colocan algún accesorio y lo venden en 800 o 1.000 pesos”, explicó.
“El desbloqueo se hace en las denominadas cuevas. Hay muchisimas en Once. Se hace imposible rastrearlos. Les ponen un chip prepago y lo hacen funcionar”, señaló Rajchert.
Un técnico que navega en estos menesteres describió el desbloqueo: “Todos los teléfonos vienen con un IMEI, que es como el número de patentamiento. Cuando ese teléfono se enciende, manda una señal a la antena y ahí se ve si está registrado o no. El desbloqueo se hace con un programa informática, que se adquiere en unos cinco mil pesos para algunos modelos. Para desbloquear todos los modelos necesitás una inversión de unos 20.000 pesos. Una vez que se desbloquea, se coloca otro IMEI, para que cuando se encienda no salte como robado. Una vez hecho eso, se le coloca un chip, que puede ser prepago o no, y listo”.
La facilidad asombra. Aquí en Neuquén no es necesario encontrar una “cueva” para desbloquear un teléfono “ajeno”. “Se hacen en algunos locales comerciales y en domicilios particulares”, repiten todas las fuentes.
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