Muchas hipótesis, pero no hay pistas firmes
Los investigadores del crimen del empresario Perel y su esposa están desconcertados. Las sospechas del móvil van desde el lavado de dinero a problemas con la seguridad de Estado.
BUENOS AIRES (DyN).- El doble crimen del financista Mariano Perel y su esposa, Rosa Golodnitzky, no sólo podría estar vinculado “con el lavado de dinero” sino con “algún otro delito internacional que pueda vincular a la seguridad del Estado”, y por eso investigadores del caso se reunirán con funcionarios de la Embajada de los Estados Unidos.
Así lo reveló ayer Jorge Amorín, el secretario de la Policía Judicial dependiente de la Procuración de la Suprema Corte de la Justicia bonaerense, quien se entrevistó en Dolores con la fiscal del caso, María Claudia Castro.
Amorín, reveló además que hoy se va a entrevistar con funcionarios de la Embajada de Estados Unidos para “intercambiar información con el FBI” sobre las actividades que desarrollaba Perel en ese país. El funcionario, quien nombró la posible existencia de “mafias” en Argentina, dijo también que “no se descarta como hipótesis” que hubiera vínculos entre Perel y el narcotráfico.
Es que el crimen del financista Isidoro Losanovscky Perel y su esposa, ocurrido en la madrugada del domingo en una cabaña de Cariló, desvela a los investigadores y ha provocado una atención inusitada en los círculos de poder de la Argentina.
Según se sospecha, desde que trascendió la noticia, el crimen podría tener características mafiosas, dado que cerca del cuerpo de las víctimas se encontraron una nota que decía: “Soy un gringo que colabora con el Citibank. Asesinado por no pagar coimas/rescate del Citigroup”.
En el mismo texto se escribió la palabra “An Factory”, pese a que la empresa en la que trabajaba Perel se llama “Antfactory”.
Además, en la cabaña los investigadores secuestraron una entrevista realizada por un diario a la diputada nacional Elisa Carrió, que incluía párrafos subrayados donde se mencionaba la existencia de mafias en el país y sobre el lavado de dinero.
Ayer, la fiscal de Dolores María Claudia Castro, que está a cargo de la investigación, levantó el secreto de sumario en el expediente.
Pero pese a las expectativas que se habían generado, los funcionarios judiciales no parecieron tener más elementos que los que ya habían trascendido.
No obstante, el secretario de la fiscalía de Dolores, Federico Fourquet, confirmó que se secuestró un navegador satelital de última generación dentro de la camioneta 4×4 del financista y su esposa, que habría servido para servir sus movimientos.
Y precisó que ese chip se está analizando en los laboratorios de la Suprema Corte bonaerense para tratar de esclarecer desde cuándo había sido instalado allí y desde donde pudo haber sido monitoreado.
Además, el funcionario reveló además que ya declararon en la causa el hijo del empresario -quien afirmó que no sabía si su padre tenía deudas ni armas-, y el socio de la víctima, quien confirmó los problemas económicos que habría atravesado el financista. También declaró el matrimonio que ocupó la cabaña más cercana a la de las víctimas, y que ratificó que no se escuchó ningún ruido extraño en la madrugada del domingo.
Fourquet confirmó que la trayectoria de los disparos en ambas víctimas no permitirían pensar en un suicidio, y que las vainas encontradas estaban apoyadas sobre la cama, lo cual permitiría determinar que el matrimonio dormía cuando fue asesinado.
“Desconfiaba de la empresa Antfactory”
BUENOS AIRES (DyN).- El financista Mariano Perel le habría dicho a un socio que creía que “tenían desconfianza con su trabajo en la empresa Antfactory” y por eso le habría pedido a su amigo que le gestionara su salida de la empresa, a cambio de una indemnización de 200 mil pesos.
Sin embargo, su amigo le habría contestado que eso era imposible, porque el tipo de relación que mantenían con la firma no permitía ninguna posibilidad de indemnización.
Así se lo confió una fuente ligada a la investigación, quien precisó que el dato es importante teniendo en cuenta los posibles problemas financieros que habría sufrido la víctima en el último tiempo. Precisamente, en la causa, Julio Hardy, un ejecutivo vinculado a la empresa Antfactory, confirmó que Perel había viajado recientemente a México, pero en plan de vacaciones.
Según había publicado el diario Página/12, el viernes antes del crimen el empresario tuvo una fuerte controversia con sus empleadores por una operación en México, y por eso el titular para América Latina le había transmitido a Perel, por teléfono y por correo electrónico, que su contrato quedaba rescindido.
Sin embargo, Antfactory subrayó que “el señor Mariano Perel se había incorporado hace cinco meses y nunca fue despedido. Por otra parte, el señor Perel jamás negoció transacciones para la compañía en México”. El matutino también señaló que, a raíz de ello, no se descarta que Perel haya aprovechado su viaje para asociarse con un amigo mexicano y “soplarle” un negocio a Antfactory.
En tanto, el secretario de la fiscalía de Dolores, Federico Fourquet, dijo que Hardy aseguró también que Perel viajaba asiduamente y que incluso había hecho “viajes relámpagos” a los Estados Unidos, en los que iba y volvía en el día.
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