Finlandia se suma a la OTAN y Rusia advierte «agravamiento de la situación»

La decisión enfrenta la resistencia de Moscú, ya que ahora la OTAN suma 1300 kilómetros de frontera con Rusia.

Finlandia se convirtió este martes en el miembro número 31 de la OTAN y duplicó de ese modo la extensión de la frontera de la alianza militar transatlántica con Rusia, que prometió responder.

El ingreso del país nórdico, una consecuencia directa de la invasión rusa de Ucrania, aportará a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) un contingente de 280.000 soldados y uno de los mayores arsenales de artillería en Europa.


Para Rusia, la adhesión de Finlandia, con la cual tiene 1.300 km de fronteras, representa un «agravamiento de la situación».


La ampliación de la OTAN «es un ataque a nuestra seguridad y nuestros intereses. Esto nos obliga a tomar contramedidas», declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.


Tras la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, los países de la OTAN invitaron a Finlandia y Suecia a adherir en forma plena a la alianza.


Suecia aún tendrá que seguir negociando, ya que su candidatura aún no ha sido autorizada por Turquía y Hungría.


«El presidente [ruso Vladimir] Putin quería cerrar la puerta de la OTAN. Ahora mostramos al mundo que ha fracasado, que las agresiones y la intimidación no funcionan», dijo el secretario general de la alianza, Jens Stoltenberg.


«Finlandia ahora tiene los amigos y aliados más fuertes del mundo», enfatizó.


«La era del no alineamiento en nuestra historia llegó a su fin. Empieza una nueva era», afirmó el presidente de Finlandia, Sauli Niinisto, antes de que se izara la bandera de su país en la sede de la OTAN en Bruselas.

Esperando que Suecia se una a la OTAN

La adhesión de Finlandia significa que el país queda automáticamente protegido por el famoso Artículo 5 de la alianza, que considera un ataque contra uno de sus miembros como un ataque contra todos.


Durante décadas y a pesar de su historia de tensiones con Rusia, Finlandia optó por ser apenas un asociado de la OTAN, pero la ofensiva de Rusia en Ucrania lo llevó a abandonar su política de no alineamiento automático y buscar la protección de la alianza.


Suecia, en cambio, aún tendrá que esperar, principalmente porque Turquía se resiste a dar luz verde a su adhesión alegando que el país escandinavo es un santuario para dirigentes kurdos a los que acusa de «terroristas» y para sospechosos de haber participado en el fallido golpe de estado de 2016.


El ministro turco de Relaciones Exteriores, Mevlut Cavusoglu, tuiteó este martes una foto con su homólogo sueco pero añadió que resulta «esencial una cooperación efectiva contra el terrorismo».
El gobierno turco reaccionó con furia en nero a la decisión de Suecia de permitir una protesta de manifestantes extremistas de derecha que quemaron un ejemplar del Corán frente a su embajada en Estocolmo.


Los diplomáticos de la alianza esperan que la cumbre de Vilnius sirva para marcar el ingreso de Suecia.
Blinken instó a los gobiernos de Turquía y Hungría a aprobar «sin demoras» la adhesión, «para que podamos acoger a ese país en la alianza lo antes posible».


El parlamento de Hungría aprobó por amplia mayoría el 27 de marzo la adhesión de Finlandia y el partido en el poder, Fidesz, apuntó en esa oportunidad que el caso de Suecia sería tratado «más tarde».


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