Choferes de Uber de Bariloche piden habilitación sin cupos y con plazos de adecuación
Desde el año pasado el municipio mantiene una prohibición de Uber, dictada por el intendente Gustavo Gennuso. Los choferes quieren que avence la regulación y el grupo mayoritario impulsa un régimen "sin cupos".
La reglamentación que estudia el Concejo Municipal para encuadrar a las aplicaciones de transporte del tipo Uber y Cabify avanza a paso lento no solo por el recelo que despierta entre los taxistas y remiseros sino también por diferencias entre los propios choferes de la nueva modalidad, que hoy está prohibida.
El vocero de la Agrupación de Conductores de Uber, César Alonso, había dicho que esa entidad es partidaria de que el municipio establezca un “cupo” de habilitaciones para el nuevo servicio, igual que ocurre con los taxis. Pero otros prestadores, distanciados de Ascub (y que dicen ser mayoría), quieren que la inscripción sea libre, “como ocurre en otras localidades”.
También cuestionaron a Alonso por adjudicarse el mérito de una nota que ellos presentaron al Concejo para pedir que el Ejecutivo municipal levante la prohibición que pesa sobre Uber, fijada expresamente el año pasado por el exintendente Gustavo Gennuso, ante las airadas protestas de los transportistas habilitados.
La nota lleva entre otras firmas las de Andrea Fernández, Susana Olivetti y Julia González, y allí se indica que la restricción impuesta “limita significativamente las opciones de movilidad para los ciudadanos”. También pidieron que se tenga en cuenta que las aplicaciones digitales de transporte “generan una fuente laboral importante en la ciudad” y que en muchos casos involucra a “familias monoparentales, que viven exclusivamente de esa labor”.
Por eso pidieron a los concejales que promuevan la derogación de la prohibición, algo que solo puede hacer el intendente. “Deseamos trabajar en paz y contribuir con el municipio en Bariloche a través de nuestros impuestos como corresponde”, afirmaron en la nota.
La organización Ascub, según dijo Alonso, representa a unos 45 choferes. Los otros grupos en formación, que se diferencian de esta entidad, dicen que son muchos más y hablaron de unas 250 familias que dependen de la actividad.
El tema de los cupos de licencias o permisos es uno de los puntos que los diferencian. Uno de los impulsores del pedido al Concejo, Bruno Galdin, explicó que también les preocupa el capítulo del proyecto regulatorio referido al modelo de los vehículos.
El texto en evaluación habla de una antigüedad máxima de cinco años, pero ios conductores pretenden que les sea aceptado un límite de diez años, como ocurre con los taxis y remises. Con un lapso de dos años para adecuarse.
Sobre la obligación para que Uber (u otras empresas similares) establezcan una sede física en la ciudad no presentaron objeciones. Dijeron que así fue establecido ya en otras ciudades del país.
Aseguraron que hoy las aplicaciones de transporte son “muy necesarias” en Bariloche y que la restricción vigente “no tiene sentido”. Señalaron que la competencia por precio beneficia a los usuarios, y que los taxis y remises habilitados “no alcanzan”, y la prueba es que en baja temporada mantienen buenos niveles de demanda.
“Ellos no atienden toda esa demanda (por los taxis) y los baches los cubrimos nosotros -aseguró el vocero-. Por eso pedimos condiciones de igualdad”.
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