Juntas vecinales reclaman hace años los accesos públicos al lago Nahuel Huapi en Bariloche

En 2021 seis barrios reclamaron al municipio que exija al privado abrir el acceso tradicional a la altura del kilómetro 6,300, pero el intendente promueve un acuerdo sin promover esa apertura.

En un tramo de casi 3 kilómetros, en la zona oeste de Bariloche, no hay bajadas públicas accesibles al lago Nahuel Huapi y los barrios desde hace tiempo reclaman por esta situación al municipio.

El polémico proyecto por el cual el intendente Gustavo Gennuso busca ceder a un privado -que cercó un acceso vecinal al lago Nahuel Huapi a la altura del kilómetro 6,300 hace dos años, cuando adquirió la propiedad- una calle pública en una franja de 900 m2, a cambio de unos 30.000 dólares para cubrir la inversión de escaleras metálicas y otras mejoras en dos bajadas al lago en las inmediaciones, remueve los viejos reclamos sin responder.

Uno de los dirigentes vecinales de los barrios que utilizaban la bajada histórica al Nahuel Huapi admitió a Diario RÍO NEGRO cierta resignación con la demanda de lograr accesos públicos al espejo de agua que rodea a Bariloche. «Va a pasar otro verano y no tenemos solución», señaló.

En octubre de 2021, seis barrios del oeste, ubicados a una distancia de entre 5 y 7 kilómetros del Centro Cívico, pidieron formalmente al municipio que se exija a un privado reabrir el acceso tradicional a la altura del kilómetro 6,300, a través de la calle Utne. Sin embargo, el Ejecutivo busca acordar con ese privado que extienda su franja de propiedad, sin garantizar la apertura de la bajada, a cambio de una compensación económica para mejorar otros dos accesos en el radio de esos mismos barrios.

Los barrios afectados son La Cascada, Pinar del Lago, Rancho Grande, Montelindo, Pinar de Festa, Ladera Norte que tienen actualmente en sus inmediaciones una bajada compleja al lago a la altura del kilómetro 5, en la continuidad de la calle Boris Furman, y luego en el kilómetro 8, Playa Bonita, que tiene todos los servicios y mantenimiento. En el medio, hay algunos accesos vecinales y de uso tradicional, pero sin escaleras ni obras que faciliten el acceso.

También está la bajada denominada catastralmente con el Nº46, por un relevamiento municipal que data de varios años, donde hay una reja y portón junto a la planta de bombeo del DPA, que fue cercado por un privado y donde el municipio no tiene planes de reabrir, sino que apuesta a mejorar otros dos senderos para llegar a la costa del agua, en un radio de un kilómetro hacia cada lado.

En aquella nota de las juntas vecinales, que data de 2021, se alertaba por el reciente cierre del acceso a la bajada 46, que actualmente continúa de la misma manera, y se advertía el incumplimiento de la Carta Orgánica Municipal y la Constitución que determinan el libre acceso a las costas.

«Las sociedades necesitamos espacios recreativos porque contribuyen a la salud y el bienestar de los habitantes de la ciudad; considerando que las reglas ya existen, solicitamos que arbitren los medios para que las mismas se cumplan para beneficio comunitario«, concluían aquella misiva, que ahora volvieron a recordar al conocerse el acuerdo que impulsa el Ejecutivo y que se llevó al debate esta semana en el Concejo Deliberante.


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