La CEB tiene por delante un fin de año agitado, con tres balances por aprobar

Comienza a tomar forma la pelea electoral interna para quedarse con el control de la Cooperativa, con cuatro sectores definidos. La conducción vigente aún no cumplió con la convocatoria a asamblea para tratar los ejercicios contables pendientes.

La Cooperativa de Electricidad Bariloche (CEB) ingresó en un nuevo período electoral que anticipa fuertes confrontaciones, porque ya existen no menos de cuatro listas con interés en asegurarse los cargos en juego y también por la obligación de realizar antes de fin de año la asamblea anual, en la que habrá tres balances sometidos a evaluación.

Hoy la CEB arrastra una deuda sin antecedentes en esa materia, ya que la última asamblea rechazó los balances correspondientes a los ejercicios 2020 y 2021. Las promesas de realizar las correcciones que hicieran falta y convocar a una nueva asamblea durante el año no se cumplieron, y ahora se acumuló un balance más (cerrado el último 30 de junio), de modo que los delegados tendrán arduo trabajo a la hora de revisar y dictaminar sobre el desempeño económico de la empresa.

La CEB convocó a elecciones para el 27 de noviembre y un mes antes cierra el plazo para la presentación de candidaturas. Hoy la conducción encabezada por el presidente Carlos Aristegui representa a una alianza entre las listas Verde y Blanca y la Blanca y Celeste (ambas desprendimientos de la lista Blanca original), que volverían a presentarse desdobladas.

La lista Roja ganó las últimas elecciones pero no le alcanzó para recuperar la presidencia de la Cooperativa. En las últimas semanas sufrió una partición y concurrirá otra vez con esa identificación pero sin la pata gremial que le aportó durante años el sindicato de empleados de comercio. Este último sector se presentará como lista Azul.

La elección anticipa una ardua disputa a pesar de que las urnas solo definirán tres asientos de los diez principales en el cuerpo de conducción, que se renueva por tercios.

El actual tesorero Martín Enevoldsen (Verde y Blanca) dijo que concurrirán seguramente con Aristegui como principal candidato, ya que es uno de los consejeros que termina su mandato. El dirigente dijo que “no está conversado aun”, pero su intención es proponer una fórmula para liberar a la CEB de la obligación de realizar elecciones anuales, porque se transformó en una carga “muy pesada”. Se inclinó por un calendario para renovar el Consejo “cada dos o tres años”.

Alejandro Pozas, vocal titular por la Roja, dijo que ya reservaron el color y que esta vez las candidaturas serán “nuevas”, de modo que la consejera de esa fracción que termina su mandato, Elsa Palomo, no optará por la reelección. “Queremos volver a los orígenes de la Roja, promover un acercamiento con los vecinos y armar la lista con dirigentes barriales, referentes sociales. No tanto con lo gremial”, afirmó.

Dijo también que la ruptura de la larga sociedad que mantuvieron con Comercio no es traumática. “A la lista Roja le va a hacer muy bien oxigenarse”, aseguró Pozas.

Walter Cortés, principal actor del gremio mercantil y de la nueva lista Azul, dijo que decidieron abrirse para iniciar un camino de “autonomía” y que su propósito es recuperar el concepto “solidario” de la cooperativa. Señaló que la actual administración está empeñada en convertirla en “una empresa exitosa, y ni siquiera les sale”.

Los sectores enrolados en la puja electoral también saben que además de las consejerías, es clave asegurarse el mayor número posible entre los 102 delegados titulares y 43 suplentes, que conforman la asamblea.

Ese cuerpo deberá resolver si aprueba o no las memorias y los balances. Por Estatuto, la asamblea ordinaria se debe realizar en un plazo no mayor a los 15 días después de las elecciones.

Pozas recordó que los balances de 2020 y 2021 fueron rechazados porque arrastraban “varias irregularidades” y que ese diferendo está hoy en instancia judicial. Dijo también que el balance 2022 “todavía no fue presentado al Consejo de Administración para su estudio”, cuando para esta fecha ya solía estar a disposición.

Refirió que no contar con los balances avalados por la asamblea es un perjuicio serio para la CEB porque le impidió tomar créditos y la obligó a paralizar inversiones. Dijo que hoy el servicio eléctrico está “sensible”, porque la infraestructura “no está en condiciones”.

En representación del oficialismo, Enevoldsen dijo que si no volvieron a llamar a asamblea para reconsiderar los balances 2020 y 2021 es porque las objeciones formales de quienes se negaron a votarlos “nunca aparecieron” y en consecuencia fue imposible corregir o completar lo que faltara.


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