La obra de la avenida Bustillo en Bariloche, con presente incierto y un futuro peor

El gobierno nacional arrastra una deuda de 300 millones de pesos. La empresa Codistel solo realiza trabajos de “emprolijado” y mantiene una dotación de apenas el 30% del personal que estaría asignado en condiciones normales.

La obra destinada a modernizar y dotar de mayor funcionalidad a la avenida Bustillo, que comenzó hace casi dos años y generó fuertes expectativas por los beneficios que traería a la ciudad, entró en un pantano de difícil salida, debido al retaceo de los pagos a la empresa contratista y también a las complejidades técnicas no previstas en el proyecto.

La responsabilidad inicial de la inversión corresponde al gobierno nacional, que arrastra a esta altura una deuda de 300 millones de pesos. Aunque desde la firma a cargo de la obra, Codistel SA, aclaran cada vez que pueden que ellos firmaron contrato con Vialidad Provincial.

El mensaje inequívoco es que nada impide que la provincia mantenga los pagos al día por su cuenta y luego tramite el recupero, como hace con otros emprendimientos comprometidos por Nación. En este caso, a pesar de tratarse de una obra de alta sensibilidad -cuyas demoras causa un serio conflicto de tránsito en el tramo que va del monolito a San Martín hasta el kilómetro 1,5- la decisión es dejar todo como está hasta que aparezca el dinero.

La empresa Codistel solo realiza hoy trabajos de “emprolijado” y mantiene una dotación de apenas el 30% del personal que estaría asignado en condiciones normales. La última certificación que cobró es de 30 millones de pesos y corresponde a trabajos efectuados en febrero pasado. Ese desembolso de 30 millones fue confirmado por el ministro provincial de Obras Públicas, Carlos Valeri, quien realiza gestiones permanentes antes Vialidad Nacional para destrabar nuevos desembolsos, hasta ahora con magro resultado.

La obra causa un serio conflicto de tránsito en el tramo que va del monolito a San Martín hasta el kilómetro 1,5. Foto: Chino Leiva

Según información a la que accedió este medio, las certificaciones impagas por la obra de Bustillo se acumulan al menos desde octubre de 2022. En términos nominales suman unos 160 millones de pesos. Pero con los intereses previstos en la ley de obra pública la cifra ya ronda los 300 millones de pesos.

A comienzos de agosto tomó estado público la acumulación de incumplimientos con la empresa y el reconocimiento de la provincia de que la obra si bien no está parada (les preocupa dar esa imagen) el ritmo está muy lejos de lo esperado y el cronograma original pasó al archivo porque la falta de fondos impide continuar con las compras y contrataciones necesarias.

Desde entonces, no hubo grandes cambios. Hoy Codistel se limita a realizar mantenimiento de veredas y trabajos de ordenamiento, sin involucrar maquinaria pesada. La conformación de “paquetes estructurales” para asentar la nueva calzada, el pavimentado y hasta el emplazamiento de gaviones de contención están suspendidos hasta nuevo aviso.

El personal asignado hoy es apenas un 30% de la dotación necesaria si la obra avanzara al ritmo convenido.

Se lentificó todo y sigue así”, dijo una fuente. Agregó que la empresa no está en falta porque la ley vigente obliga a pagar las certificaciones dentro de los 45 días y que cuando los atrasos superan los 90 días la contratista puede frenar las obras sin sanción alguna.

La obra causa un serio conflicto de tránsito en el tramo que va del monolito a San Martín hasta el kilómetro 1,5. Foto: Chino Leiva

A la espera de un nuevo dibujo

Pero más allá de la virtual paralización, también preocupa el rediseño en marcha, sobre el que no hay precisión alguna. Los responsables técnicos aseguran que el proyecto original para reconvertir los primeros cuatro kilómetros de Bustillo, que fue expuesto hace dos años en vistosos renders, “tenía muchos errores y era inejecutable”. Ahora hay un análisis en marcha para “reestructurar la obra”, que resulta “muy complejo”.

Los trabajos más importantes hasta ahora se concentraron en el primer kilómetro, entre el monolito de San Martín y el hotel Huemul. Desde allí hacia el oeste las intervenciones fueron mínimas y estuvieron condicionadas por problemas que -según la fuente- “no estaban en la parte vial en sí, sino en toda la infraestructura asociada: las líneas eléctricas, las cloacas y los muros laterales”. Aseguró que “era algo que no se podía resolver y que tiene que ser revisado por completo”.

Como esa tarea todavía está pendiente, el nuevo compromiso de Codistel solo sería completar en el próximo verano la repavimentación hasta el hotel Huemul. De allí en adelante, el proyecto de Bustillo es pura incertidumbre.

Lo que está a la vista es que las soluciones prometidas al anunciar la obra difícilmente lleguen, porque los embotellamientos son cada día más complejos y no se resolverán con el nuevo diseño, según reconocieron en su momento los responsables de Vialidad Provincial.

La avenida no tendrá dos carriles por mano, como recomendaron años atrás al menos dos consultorías especializadas, sino apenas algunos ensanches y dársenas de “ordenamiento”, además de veredas y bicisenda.

La última certificación que cobró la empresa es de 30 millones de pesos y corresponde a trabajos efectuados en febrero. Foto: Chino Leiva

Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios