Los cinco peligros para unir la Autovía Norte con la Ruta 7 en Neuquén
Si viajas desde Cipolletti pasando por el Tercer Puente, llegar a la ciudad exige recorrer un tramo largo y confuso hasta que se construyan los “rulos” que ahora fueron anunciados para enero.
Archivo Matías Subat.-
El giro en “U” cuando termina el puente aéreo que cruza la Ruta 7
Es el lugar crítico de los siniestros viales porque los conductores terminan de pasar por el puente, en el Cañadón de las Cabras, y al ver que el camino continúa, giran hacia la izquierda para tomar el derivador que los conduce a la Ruta 7. Es un camino de mano y contramano. Esta maniobra prohibida ha causado numerosos choques con los vehículos que circulan tanto por la mano contraria como los que vienen detrás.
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Las dos rotondas
Se llega a los derivadores de la Autovía Norte después de un recorrido de unos cinco kilómetros, son pequeñas y confusas. A su disposición, en forma de “ocho”, se suma el problema de la cartelería y de la velocidad, ya que debe reducirse para poder transitarlas, pero a más de uno lo toman por sorpresa.
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El camino para ir a Ruta 7 se convierte en doble mano “de golpe”
Después de recorrer las dos rotondas se llega al camino que conduce a retomar la Autovía Norte y que va en paralelo, para ir hasta el derivador que conecta con la Ruta 7. Este tramo es de una sola mano hasta que se une nuevamente al acceso, frente a Comarsa, por lo que “repentinamente” los conductores se encuentran con rodados que vienen de frente.
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Ingresar a la Ruta 7 desde el derivador
Una vez que se transitaron los 8,5 kilómetros desde el puente aéreo hay que tener mucho cuidado y suerte para poder ingresar a la Ruta 7, puesto que hay que tomar el carril por el que circulan los rodados que van desde Centenario a Neuquén y que circulan a velocidades elevadas por el tramo de la multitrocha que es recto y sin cruces.
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Los conductores desorientados
En medio de este laberinto, los conductores que se pierden y no saben cuál camino seguir. Esta sensación también se convierte en un factor de peligro porque aminoran la velocidad hasta casi detenerse (mientras deciden qué hacer) y se presentan como un obstáculo repentino para los otros vehículos, aunque no estén circulando rápido.
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