No avivemos el lenguaje del odio

MADRID

Dejemos de avivar el lenguaje del odio. Cultivemos el amor para combatir el discurso de venganzas que tanto proliferan a diario por todos los ambientes mundanos. La prioridad es entenderse para avivar la cohesión social, que es lo que nos armoniza. No podemos continuar alimentando la violencia. Ese mundo que discrimina nos tritura como un objeto más, nos está dejando sin fuerzas para intensificar nuestras respuestas. Debemos, pues, impulsar otras semánticas de pertenencia más níveas y esperanzadoras. La jurisdicción a una familia, la condescendiente al espíritu y al cuerpo, debe estar protegida para todos.


En consecuencia, no me agrada este vivir que nos amortaja internamente, tampoco las palabras que nos desaniman y nos cortan las alas, es hora de proclamar otras expresiones más auténticas, basadas en la ausencia de temor y en la verdad; obra de la justicia y del amor fraterno. Busquemos el momento para repensar, para discernir lo que tengo que hacer ahora, cuál es el camino correcto y cuál es el equivocado, pues las decisiones tomadas son las que marcan nuestros trayectos vivenciales.


Indudablemente, es el momento de la transformación, es el instante preciso y precioso para evolucionar en la relación de la humanidad con la naturaleza y la relación entre los seres humanos. Recordar que lo recibido hasta ahora, puede ayudarnos a esa metamorfosis imprescindible, para dar sentido a lo vivido como seres pensativos, haciendo humanidad como estirpe que nos eterniza y enternece.

Víctor Cordoba Herrero
(Fragmento del texto enviado)


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