No me quejo, reclamo responsabilidad

Villa la Angostura

Amo Villa La Angostura, con todo lo que ello implica, su lluvia, su sol, su nieve, su bosque, su oscuridad infinita de invierno y su luz infinita de verano, su gente de pueblo, solidaria, curiosa, dada, siempre atenta a lo que sucede alrededor, para no aburrirse cuando todo va bien pero también para dar una mano cuando hace falta. Es mi lugar en el mundo, lo elegí hace 34 años y lo sigo eligiendo.

Hace años que la vida me enseñó a no quejarme, aprendí a ver todo lo que me ha dado para agradecer: salud, familia, trabajo, mi lugar en el mundo… Cuando en el 2011 llovía barro entendí qué bendición es la lluvia de agua limpia y la nieve. Cuando nos quedamos sin turistas por la ceniza aprendí lo hermoso que es el pueblo colmado de gente y prometí no quejarme más por las colas en los supermercados, bancos, estaciones de servicio. Por eso, aclaro, no me quejo de la nieve que es una bendición de la naturaleza para nuestra región, ni de los árboles caídos. ¿Qué culpa tienen ellos? El bosque siempre estuvo.

No me quejo, pero no puedo dejar pasar las injusticias. Por ello, ante el desastre en la infraestructura que ha provocado esta nevada reclamo, primero, justicia. Siento que las autoridades, elegidas por el pueblo no me representan y me están robando en la cara. Veo desorganización, falta de previsión, despilfarro de los fondos públicos, mala administración. Reclamo responsabilidad de su parte. ¿Cómo es posible que Villa La Angostura no estuviera preparada para recibir una nevada el 20 de julio?

No es un volcán, no fue en enero, fue en el momento más esperado, cuando corresponde, en plenas vacaciones de invierno. ¿Y? La población prevé, gracias a Dios, por eso no hubo que lamentar víctimas. Contiene a los vecinos y turistas.

Los voluntarios, como siempre, toman las riendas y también las fuerzas nacionales tan vapuleadas, Gendarmería, Ejército y Prefectura reaccionan. ¿La Municipalidad? ¿La Provincia? Se asoman, cuando ya no pueden esconderse, para decir que traerán máquinas de otro lado, equipos de emergencia, helicópteros, cuando ya lloramos muertos y heridos por las rutas cortadas.

No me quejo, reclamo justicia, que las autoridades trabajen por lo que se les paga y entiendan que ser gobernante es, también, ser responsable.

Elsa M. González Barbagelata


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