Nueva ola, viejo cuento

Se habla de la nueva ola, se dice que en Europa ocurrió y que ahora nos toca a nosotros. Lo que nadie dice es por qué ocurrió. Si observamos a los distintos países vemos que el virus no tiene vida y solo es una partícula trasmitida de individuo a individuo. Fuera de una célula es un objeto inerte, su única propiedad es servir de modelo a nuestras células para que las dupliquen sin incoporar condiciones para que se produzcan mutaciones. Por el contrario, estas condiciones las propiciamos nosotros.

Si hacemos esto entenderemos lo que pasa.

El mundo es un gran escenario, donde la principal actividad es la económica y las personas se mueven para realizarla y luego descansan o se divierten, para volver nuevamente a hacerlo. Pero apareció un problema, los virus, a los cuales la única forma de combatirlos es aislando a las personas para que no lo reproduzcan. Esto detiene la actividad económica y el mundo entra en crisis, y si esto perdura, corre peligro la organización social y el caos sería su consecuencia.

Por ello los países tuvieron que cesar con el aislamiento, a lo que llamaron flexibilización, y aconsejaron que cada individuo se haga cargo de sí mismo, es decir retrocedieron los Estados y las actividades económicas se reiniciaron. Los individuos comenzaron a reproducir virus como al principio y esto fue ocultado por algunos servicios de salud, que dejaron de hisopar e internar. Los infectados crecían como las olas del mar, imperceptiblemente hasta que se manifiestan explosivamente. Esto es lo que pasó y llaman nueva ola.

En Río Negro hay un ejemplo claro: Bariloche y El Bolsón, ciudades turísticas, no dejaron de hisopar y con la actividad turística sus infecciones y muertes crecieron pero no las ocultaron, las publicaron. En cambio en la actividad turística de la costa a pesar de que la movilidad y el número de las personas aumentó, los contagios desaparecieron.

Así estamos. Volverán las restricciones y las infecciones disminuirán lentamente hasta que la Reina Economía las vuelva a abolir e incube una nueva ola. El peligro latente será la aparición de una cepa resistente a las defensas que crean las vacunas. El gran desafío es evitar esta situación. Los estados y la ciencia sanitaria tienen la palabra.

Antonio Tourville

DNI 7.817.849

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