Nuevos ataques incendiarios en el sur de Chile

SANTIAGO DE CHILE (AFP).- Dos nuevos ataques incendiarios ocurrieron la madrugada de ayer en la zona del conflicto mapuche, en el sur de Chile, en las cercanías del lugar donde en un incendio intencional -considerado un acto terrorista por el gobierno- murió calcinado el viernes un matrimonio de ancianos. “En la madrugada hubo un nuevo ataque incendiario que afectó a un galpón con maquinaria en su interior”, en la comuna de Freire, en la región de La Araucanía, a unos 600 km al sur de Santiago, dijo a radio Cooperativa el fiscal regional jefe, Francisco Ljubetic. “Una situación similar vivimos también en la madrugada en el sector de Capitán Pastene, camino (a la localidad de) Lumaco, en la que desconocidos actuando en la clandestinidad quemaron dos camiones a la salida de la ruta”, agregó el fiscal. Ambos ataques no dejaron víctimas y ocurrieron en la misma región donde la madrugada del viernes la casa patronal en que habitaban el agricultor Werner Luchsinger y su esposa fue atacada por un grupo de encapuchados, que le prendieron fuego con ellos en su interior. Ayer se realizó el funeral del matrimonio, miembros de una familia de origen suizo que se asentó en la zona a inicios del siglo XX y que mantiene la propiedad de varias haciendas que son reclamadas por mapuches, que consideran que las tierras les son propias por derechos ancestrales. El ataque del viernes fue considerado un acto terrorista por el gobierno del presidente Sebastián Piñera, que se trasladó de urgencia a la zona y anunció un aumento de la dotación policial. Un joven de 26 años, que presentaba una herida de bala, fue detenido tras el ataque. Medios de prensa, señalan que se trataría de un machi -o médico- mapuche. De acuerdo a las autoridades, en el lugar del atentado se encontraron panfletos alusivos a la muerte del estudiante mapuche Matías Catrileo, asesinado de un disparo en la espalda por un policía en otro predio de la familia Luchsinger en 2008. Primeros habitantes de Chile, los mapuches suman unas 700.000 personas sobre una población de 16,5 millones de habitantes, con niveles de pobreza que casi doblan al resto del país. Desde la década de los 90, reactivaron sus protestas por reivindicaciones territoriales que mantienen un foco de tensión constante en la región de La Araucanía. “Nosotros no perseguimos ninguna etnia ni ideología. Abrimos investigaciones por hechos claramente delictuales”, aseguró el fiscal Ljubetic.