Obesidad, la aliada silenciosa del coronavirus
Mantener un peso saludable y un buen control metabólico es clave para no aumentar el riesgo de contraer COVID-19.
La obesidad aumenta las chances de contraer COVID-19 y es considerada un factor de riesgo ya que, puede producir mayores complicaciones durante la enfermedad, independientemente de la edad de la persona.
Según explica La Lic en nutrición Carolina Palmero, se trata de una es una enfermedad crónica en la cual el exceso de peso produce varias alteraciones en el organismo, como la resistencia a la insulina, disminución de las defensas y alteración del equilibrio natural de los microbios del intestino.
En Argentina según datos de la 4º Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) el 60% de la población presenta exceso de peso: 35% sobrepeso y 25% obesidad.
La especialista destaca que aún faltan investigaciones para saber con exactitud por qué la obesidad no solo representa un factor de riesgo para contraer la enfermedad sino que también, una vez contraída, empeoraría el pronóstico de los pacientes con coronavirus. Esto no sorprende a la comunidad científica, ya que las modificaciones del metabolismo celular afectarían el sistema inmune (disminuyendo defensas y alterando el equilibrio natural de la microbiota intestinal). Se sabe que el exceso de grasa se asocia a un estadío pro-inflamatorio, que podría incrementarse ante la infección por el virus.
¿Cómo acercarse a un peso saludable?
Lo mejor es asesorarse con un profesional. Muchos de ellos, hoy en día, atienden de forma virtual, debido a la situación de aislamiento social. La experta aconseja algunas pautas que pueden ser útiles como: reorganizar el núcleo familiar estableciendo rutinas, incorporar horarios regulares de comida, evitar el “picoteo” y realizar algún tipo de actividad física para incrementar el gasto calórico, reducir la ansiedad y mejorar el sistema inmune.
También sugiere tomar entre 2 y 3 litros de agua para mantenerse hidratado, llevar una alimentación equilibrada que incluya todos los grupos de alimentos, y remarca la importancia de moderar las porciones.
Propone evitar productos industrializados como: jugos, snacks, golosinas, helados, galletitas, embutidos, quesos duros y carnes poco magras, ya que son altos en grasas, sal y azúcares.
La licenciada alienta a aprovechar este momento de crisis como una oportunidad para incorporar hábitos saludables, volver a la comida casera y porque no, a la huerta en casa.
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