Las aventuras del «Yeti de Copahue», único poblador de la villa de la Patagonia tapada por la nieve: sus fotos y su relato

El pueblito que rodea al complejo termal a 380 km de Neuquén capital quedó debajo del manto blanco. Además de tres gendarmes que rotan cada 15 días en esta tierra de frontera, hay un habitante civil que no se va nunca de ahí. Es Nico Canter y la razón es muy simple: "Esto es un paraíso". Acá comparte las imágenes de los últimos días y cuenta la historia.

Después del temporal, así quedó Copahue cubierta por la nieve. Foto: Nico Canter.

Desde que el suministro de electricidad no se suspende por las nevadas que sepultan bajo el manto a la villa, Nico Canter se queda en Copahue cuando termina la temporada termal. De eso, hace seis años, pero este abril los copos blancos cayeron antes y fueron tantos que el temporal obligó a suspender todo y adelantar tres días el cierre previsto para el 1 de mayo. Se organizó entonces una caravana para evacuar a los últimos turistas rezagados y al personal del complejo al pie del volcán.

La selfie de Nico en Copahue después del temporal de nieve, ya con sol y cielo despejado.

Se fueron todos, menos Nico y los tres gendarmes que están en el destacamento a 800 metros y rotan cada 15 días en esta tierra de frontera con Chile a 380 km de Neuquén capital. Los últimos 19 km, desde Caviahue, son de tierra y están intransitables por la acumulación de nieve, de acuerdo con el parte de hoy de Vialidad Provincial.

Así estaba Copahue durante las primeras nevadas de abril Foto: Nico Canter,

Las termas durante las nevadas: la alta temperatura de las lagunas no deja que se acumule. Foto: Nico Canter.

Las termas y las lagunas después de las nevadas.

Así son las cosas en este destino que une termas y nevadas como solo ocurre en Islandia y que él conoce como pocos, porque acompañaba a su mamá a hacer la temporada desde Zapala, después consiguió trabajo él y de este paraíso donde en la hostería puede andar en patas en invierno porque las termas que corren debajo son como una losa radiante natural difícil que lo saquen.


A hacer las compras esquiando

De película: Copahue cubierta por la nieve. Así está en estos días. Foto: Nico Canter.

Las laderas nevadas cercanas a Copahue.

Así que Nico, si tiene que ir a hacer las compras, se calza las tablas de splitboard (las puede convertir en dos esquíes o una de snowboard según convenga), se cuelga la mochila y se va en línea casi recta a Caviahue: así, con un desnivel a favor de 200 metros, son unos 8 km a la aldea de montaña de mil habitantes que para el «Yeti de Copahue» sería como llegar a una ciudad inmensa. Volver ya es otra cosa, con la mochila cargada y las tablas cubiertas con simil piel de foca para tener adherencia en el ascenso que le lleva alrededor de dos horas.


«Qué lindo es esto, no lo cambio por nada»

Ese es su mundo y no lo cambia por nada, como dice. Hace la temporada en la Hostería Hualcupén donde trabaja y cuando termina se financia con lo que ahorró y se queda ahí, al cuidado de las instalaciones, le mete mano a las reparaciones que se puedan hacer, sale a recorrer la villa cuando los dueños de las cabañas le piden que se de una vuelta a ver cómo esta todo y les comparte las fotos, sale a hacer snowboard en la nieve virgen, a veces lo visitan amigos que llegan en moto de nieve y de paso, solidarios, le acercan provisiones.

Acá vive Nico, detrás de la bandera. Todavía no tiene que palear para salir, pero no falta tanto…

-Acá estamos, firmes. Qué lindo es eso -dice Nico.

Este año estrena compañera de aventuras en la nieve, porque adoptó a través de un grupo de Caviahue a una cachorrita de cinco meses que vino de Las Lajas y que hace sus primeras experiencias en este mundo y ya se tira a bajar laderas nevadas a puro ladrido y moviendo la cola. Lo sigue a todos lados.

-Es una masa, Se tira atrás mío. Se llama Flopy. Tiene patas largas, anda fenómeno -dice Nico..


«Mínimo hay un metro y medio de nieve»

Después de las nevadas se acumuló, mínimo, un metro y medio de nieve, explica Nico. Claro que todo depende de cómo acomode los bardones el viento, el innombrable que los pioneros eluden invocar porque hace lo que quiere: hay zonas donde hay menos y otras donde ya empiezan a acercarse a los cables de la luz que rozan en invierno. Hay cabañas que ya están cubiertas y otras hasta la ventana. «Acá es así», dice Nico, acostumbrado

Así está la villa termal neuquina.

Copahue vista desde el lugar donde vive Nico.

Desde hace dos temporadas, desde que Adrián Sepúlveda alquila el refugio El Montañés en Copahue, Nico sumó otro trabajo.. En esa base para las excursiones en la villa termal y la travesías fuera de pista, va tempranito a encender la calefacción, a chequear que el agua corra por las cañerías después de la noche gélida, a tener todo listo para cuando lleguen los turistas. Y también, como guía baqueano, es el compañero ideal para las salidas. Ahí va Nico, el que supo encontrar su lugar en el mundo y anda por la vida con una enorme sonrisa.


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