Obispos se reúnen tras la cumbre anti-abusos y la renuncia al aporte estatal

Los obispos de todo el país se reunirán la semana próxima en Pilar, en la primera asamblea plenaria de un año que estará caracterizado por el tono electoral y la preocupación de la Iglesia por la situación social, previo a la reunión que mantendrán entre abril y mayo en el Vaticano con el papa Francisco.

Monseñor Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), será quien encabece el encuentro, tras participar de la cumbre anti-abusos que convocó Francisco entre el 21 y el 24 de febrero en el Vaticano. Allí, el Papa lanzó una serie de medidas para «erradicar la brutalidad» de la pederastia por parte de sacerdotes.


Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), será quien encabece el encuentro, tras participar de la cumbre anti-abusos.

Entre las actividades establecidas, en la misa de apertura del encuentro, el lunes a las 19.30, Ojea “compartirá con los obispos reunidos la vivencia y los frutos de su participación” en esa reunión convocada para tratar el tema de la protección de los menores.

La reunión se desarrollará entre el lunes 11 y el jueves 14 en la casa de retiros El Cenáculo de Pilar, según informó la oficina de prensa del organismo.

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Durante los cuatro días de deliberaciones, el Episcopado continuará «desarrollando su reflexión en vistas a la concientización en sus fieles del sostenimiento del culto», luego de haber renunciado al año pasado al aporte estatal, entre otros temas.

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El encuentro en Pilar, que tradicionalmente se realiza en el mes de mayo, este año fue adelantado a marzo ya que entre el 29 de abril y el 17 de mayo todos los obispos argentinos realizarán la llamada visita ‘ad limina’ al Vaticano donde se reunirán con el papa Francisco para analizar la situación de la Iglesia en el país.

Se trata de la primer vez, desde que Jorge Bergoglio es Papa, que la totalidad de los obispos argentinos irán a ver a Francisco en forma conjunta, para presentarle un informe detallado de la situación de la Iglesia y el país.

Según el Código de Derecho Canónico, la visita ‘ad limina’ debe ser realizada por los obispos de un país cada cinco años al Vaticano para rezar frente a las tumbas de San Pedro y San Pablo y llevar al pontífice un informe pormenorizado sobre el estado de sus diócesis.

Divididos en tres grupos, por regiones pastorales, cada obispo presenta un informe sobre el estado de su diócesis y se realiza un encuentro personal con el Papa.

Para ello, previamente, cada prelado debe elaborar un informe sobre la “condición religiosa, moral y social de su diócesis”, según explicó recientemente el secretario general de la CEA, monseñor Carlos Malfa, quien precisó que el estudio “se envía anticipadamente y le llega al Papa y a todos los organismos de la Curia Romana”. 

Si bien se establece que debe realizarse cada cinco años, la última visita ‘ad limina’ de los obispos argentinos fue en 2009 cuando el papa era Benedicto XVI y el jefe de la Iglesia argentina, el entonces cardenal Jorge Bergoglio.


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