Obra prima

Construir y mantener viva y sana una República es una tarea de sabios y de ciudadanos conscientes. Las virtudes que hacen próspera y rica la convivencia, en libertad, deben ser cultivadas y cada cual debe responsabilizarse de que sus acciones sean justas y apropiadas al bien común.

La República próspera, en su medida, para todos, es un concierto de voluntades que se disponen, se preparan y se esmeran para que cada uno alcance la mejor versión de sí mismo para bien de todos. No hay lugar para la mentira y las desprolijidades, ni para ningún acto que, propositalmente, perjudique el cuerpo de la República. Construir una República es un logro mayor y compartido, y significa dejar un legado valioso para las generaciones que llegan.

El preclaro funcionamiento de las instituciones republicanas es el antídoto contra la corrupción y el desvarío de la ciudadanía republicana. La República es un ideal de convivencia milenar que merece consideración profunda, así como la dedicación de lo mejor de lo cual hemos sido dotados. En la familia, en las instituciones educativas y en el trabajo se acuñan principios morales y los modos de ser fundamentales que después se desarrollan por la vida en un percurso de esfuerzo y entrega.

Alberto Félix Suertegaray

DNI 14.169.481

Roca


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