Opinión: ¿Bailamos? Danza emergente

¿Por qué empezar a hablar de Danza? Es la pregunta que surge cuando me siento a escribir. Extraigo frases de referentes que me guían. Pina Baush sigue siendo fuente de inspiración no sólo con su trabajo como coreógrafa, sino también en su búsqueda, en las inquietudes que motivaron su obra. ¿Qué hace que las personas se muevan? Viajo en el tiempo y observo las “nueve mujeres danzando” pintura rupestre hallada en Lérida, España, 6000-1500 a.c. Una de las primeras manifestaciones artísticas del hombre representando una práctica ritual ejecutada en conjunto, asociada a la magia y a la supervivencia (Copeland R. y Cohen M. 1983). Vuelvo a confirmar en que la danza es una actividad inherente al hombre surgida como una necesidad de expresión, que va cambiando su representación con el tiempo. ¿Qué pasó en el camino que nos apartamos de esa acción primigenia de danzar en Occidente? ¿Dónde derivó esa necesidad de expresión del movimiento? La danza es otro medio de comunicación, donde a través de su lenguaje podemos descifrar lo oculto de las palabras, percibir en sus gestos rastros desconocidos de nosotros mismos, revisar la historia del cuerpo en su tiempo. La idea de la Danza como símbolo de entretenimiento ha quedado reducido en la actualidad, en que este arte escénico ha roto con viejos paradigmas que le daban el estatuto de arte selecto. Hoy la Danza interpela, deconstruye e interviene.

El hombre no inventa ni descubre la danza sino que explora otras maneras de organizarla, de enunciarla. Bailar se baila desde que el hombre es hombre. Para bailar se necesita un Cuerpo y su expresión; energía, física o emocional para promover la acción y sus calidades o matices; Tiempo, con su ritmo, duración y relaciones temporales y Espacio, presencia vital para que el movimiento sea posible.
“La manera más fácil de llegar a ser un espíritu libre es ¡bailando! Frederic Nietzsche(1844-1900).
Tal vez podamos recuperar ese pulso vital que nos hace movernos y seguir en la aventura fascinante de descifrarlo. Entonces ¿Por qué no hablar de Danza?

Por María Laura Balmaceda (Bailarina y Coreógrafa. Profesora Nacional Superior de Danza Clásica y Contemporánea. Especialista en Comunicación y Culturas Contemporáneas).


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