Carreras, la crisis y los amigos de Sergio Massa

La transición no arranca, pero la transferencia de responsabilidades por el presente y futuro cercano de las finanzas rionegrinas se activó con fuerza.

La gobernadora, Arabela Carreras, convocó el viernes a los intendentes, en un revival de los tiempos pandémicos, donde el Zoom sólo se abría para dar y recibir malas noticias.

Carreras eligió el contacto virtual no sólo porque quiere evitar cruzarse con políticos rionegrinos desde que perdió las elecciones municipales de Bariloche. Esa vía también le garantizó la posibilidad de eludir las repreguntas más incómodas de los jefes comunales.

Esos planteos están vinculados a lo que parece ser un repentino descubrimiento, después de que el gobierno nacional podara los recursos coparticipables del Impuesto a las Ganancias, de que los números de la Provincia están en rojo.

Cara a cara hubiese exigido un enorme esfuerzo explicar por qué el Presupuesto provincial permitió pintar con el mejor color a Bariloche durante julio y agosto, mientras los organismos públicos de Viedma y del resto de la provincia agotaban sus presupuestos para funcionamiento.

En Roca se vio la fractura más expuesta del sistema, porque la falta de pagos se combinó con la modorra de una gestión en retirada y los comedores escolares estuvieron casi un mes sin alimentos frescos. Pero no se trata del único sector en crisis: el ministro de Salud, Fabián Zgaib, admitió esta semana que el presupuesto sanitario también se agotó antes de octubre, aunque intentó descomprimir afirmando que vivió la misma situación en los nueve años que lleva al frente de la cartera.

¿Es relevante el impacto para los municipios?

Ahora bien, más allá de la renuencia a responder preguntas o liderar actos públicos en la provincia de estos días, vale plantearse una pregunta: ¿es realmente relevante el impacto financiero de la eliminación del Impuesto a las Ganancias o la importancia está dada precisamente por la fragilidad de las cuentas provinciales?

De los 5.120 millones menos para el bimestre noviembre-diciembre que aparecieron en el informe enviado a los intendentes, sólo 512 millones corresponden a transferencias directas a los municipios. En Roca, por caso, serán 65 millones, dentro de un presupuesto anual que cerrará el 2023 con recursos corrientes por más de 12.000 millones.

En la proyección realizada para todo el 2024, Bariloche aparece con un impacto negativo de 243.346.950 pesos. La cifra se la puede cruzar con un dato que se difundió esta semana: es la misma cantidad de dinero que usó el municipio en el primero semestre de este año para subsidiar al transporte público. No es un rubro menor, pero claramente se ve que la pérdida de esos fondos lejos estaría de generar un descalabro financiero en el Centro Cívico.

En consecuencia, las preguntas se trasladan hacia otro lugar, más vinculado con la política y con el momento actual del oficialismo rionegrino.

¿Habrá interés de la gobernadora de compartir con la Casa Rosada responsabilidades por el durísimo final de año que parece llegar?

Al fin y al cabo, no es ella la mejor amiga rionegrina del ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa.

El que dijo esta semana que se siente amigo y con cercanía fue precisamente el senador y gobernador electo, Alberto Weretilneck.

Y el que desde mucho antes dice que es amigo de Massa es el intendente de Viedma y vicegobernador electo, Pedro Pesatti, que esta semana se llevó las peores críticas de colegas propios y extraños, por haber decidido pagar el bono de $ 60.000 a los municipales de la capital.

Carreras eligió trasladar costos a un lugar seguro. Nadie del futuro gobierno provincial y ningún intendente peronista criticará al ministro de Economía en este contexto. Y cuando el impacto de la eliminación de Ganancias y otras medidas se sienta en carne y hueso, ella estará viendo cómo hace Weretilneck para contener las esquirlas.