Estafa crypto y el Banco Central

Dario Tropeano

* Abogado. Docente de la Facultad de Economía UNco

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La caída de un gigante. Colapsó FTX y generó un cimbronazo cripto mundial.

Hace algunas semanas se conoció la mayor caída de la bolsa de cryptoactivos FTX (intercambio de diversas cryptoactivos), cuyas pérdidas netas aún es desconocida, pudiendo superar incluso los U$S 18.000 millones.

Se dice que, en realidad, la empresa prestó parte de sus activos administrados (de inversores) a una compañía subsidiaria que fue quien resultaba insolvente para devolver esos valores. En realidad, todos los activos cryptograficos venían evidenciando una caída pronunciada desde hace meses. Incluso desde estas páginas (31/12/2020 y 5/7/2021) opinamos sobre el fuerte incremento y oscilaciones en el precio del bitcoin, su volatilidad y las regulaciones en marcha sobre las cryptodivisas.

La caída de FTX ha dejado más de un millón de damnificados en el camino de esta aventura financiera, y una presentación en concurso preventivo bajo el código de bancarrotas de los EE.UU.

Clásico de una “Pirámide Ponzi” de tipo estafatorio (modelo de negocio insustancial que se mantiene con ingreso de fondos permanentes para abastecer a los que retiran sus ganancias hasta que ese ingreso se corta y la pirámide cae), FTX muestra una situación realmente sorprendente. Las ramificaciones de esta defraudación financiera -mediáticamente disimulada en su importancia- abarca la política, lo militar, la geopolítica y muchas otras cuestiones que -tal vez- algún día serán develadas.

Se trata de una plataforma de cryptoactivos creado en el año 2019 por una joven que tenía 26 años y un grupo de casi adolescentes que lo acompañaba. No está claro aún el fulgurante ascenso del emprendedor, apoyado por fuerte publicidad mediática, aportante hasta hace 90 días atrás de más de 40 millones de dólares a la campaña del partido Demócrata de los EE.UU, expositor y con relación personal con el ex presidente de aquél país Bill Clinton. Tanto que hasta hace pocos días se publicitaba una conferencia que patrocina el diario New York Times para el 30 de noviembre (/www.nytimes.com/events/dealbook-summit) donde el Joven Sam Bankman-Fried iba a compartir mesa con Marck Zuckerberg (Facebook), Yanet Yellen (secretaria del Tesoro de los EE.UU.) y Volodimir Zelensky (presidente de Ucrania). A raíz de la presencia en el panel del presidente de Ucrania en el mes de marzo de este año, el gobierno ucraniano y FTX lanzaron un fondo de ( “Ayuda pro Ucrania”) en la cual FTX recaudaba fondos en crypto para enviarlas al Banco Nacional de Ucrania. Existe información que indica que parte de esos fondos recaudados fueron donaciones blanquedas para el partido Demócrata de los EE.UU por pagadores “anónimos “ que no podían evidenciarse como tales. Así, el segundo mayor aportante del partido Demócrata (detrás del financista George Soros), FTX, se transformó además en un vehículo financiero amparado en una forma de transferir dinero sin control estatal alguno, pero patrocinado por los que en realidad detentan el poder estatal.

Se ha demostrado además que más de 300 millones de dólares fueron invertidos en inmuebles en las islas Bahamas, donde se radicaba el grupo de adolescentes que operaba la plataforma virtualmente. FTX mantenía más de 100 compañías subsidiarias en paraísos off shore, para realizar todo tipo de operaciones financieras crypto y de transferencias de activos, compañías que se abren en pocas horas por internet. Sam Bankman-Fried se presentaba como un benefactor social que aportaba para distintas causas y participaba del Foro de Davos (centro de encuentros de la elite policial y económica mundial). Muchos de esos aportes se dirigían al campo de la investigación científica en la tecnología, entre ellos los impulsores genéticos, utilizados para alterar la edición del genoma humano difundiendo modificaciones hacia ADN sintético en grupos poblacionales (/foe.org/news/military-revealed-top-funder-gene-drives).

Y mientras el fundador de FTX cuestiona la falta de regulaciones sobre los cryptoactivos para cuidar mejor a los clientes facilitando “errores “como los sucedidos, en todo el mundo los bancos centrales desarrollan sus cryptodivisas. El dinero digital avanza aceleradamente (actualmente la Reserva Federal de los EE.UU. se encuentra en etapa de práctica final) y el físico papel que conocemos se reduce lentamente en un proceso que será evidente en la práctica diaria dentro de poco tiempo. El dinero digital emitido por los bancos centrales será una nueva pieza de trazabilidad del ser humano, donde todas las transacciones quedarán registradas, y con ellas nuestra propia vida.

* Abogado. Docente de la Facultad de Economía UNCo.


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