La política de cabotaje
El gobierno de Neuquén evitó una postura pública plagada de adjetivos en relación con la ley ómnibus y valoró los cambios que logró introducir. En el futuro mediato hay expectativas de que Vaca Muerta siga alimentando con fondos al Estado, pero no al ritmo que crece la inflación, un dilema.
Rolando Figueroa, gobernador de Neuquén, se define como político de cabotaje (Florencia Salto)
«A mí me gusta ser un político de cabotaje y no hay que ponerse colorado cuando se beneficia a una empresa local».
La definición del gobernador Rolando Figueroa intentó responder sobre su postura frente al gobierno nacional frente a un auditorio de operadoras y pymes vinculadas al petróleo al lado del anfitrión Guillermo Pereyra.
Defendió la postura que se había adoptado con otros gobernadores de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos, Ofephi, y confesó que a él le resultó creíble la explicación de funcionarios nacionales que cambiaron el primer boceto de la ley. “Había sido un error del copiar y pegar”, cerró.
Figueroa, a diferencia de otros pares de la región, se cosió la boca a la hora de evaluar los objetivos del presidente Javier Milei. Reunió a los cinco diputados nacionales, les pidió que votaran defendiendo Neuquén, un eufemismo que validó su sapiencia de convocatoria heterogénea, pero no hubo frases con adjetivos contra la ley ómnibus.
En paralelo puso en marcha una estrategia para enviar al ministro de Energía actual y el de la anterior gestión y, dicen, le pidió a Jorge Sapag. Todo un think tank de apoyo logístico para los legisladores, aunque el más absorbente fue Osvaldo Llancafilo (MPN) el diputado que reemplazó en su banca a Figueroa.
“Yo no quiero salir”, se excusó Figueroa cuando este diario le pidió que lo hiciera. Su postura permite una lectura que, en principio, tiene que ver con el futuro inmediato.
Debe definir cómo negocia este mes con los sindicatos de estatales y de maestros para revertir la historia del no inicio del ciclo lectivo en relación con la actualización de los salarios.
Una tarea difícil que encarará el ministro de Gobierno, Jorge Tobares, conocido por su impronta dialoguista, y el de Trabajo y Desarrollo Laboral, Lucas Castelli, quien hasta ahora solo mostró los dientes con un minúsculo grupo en un operativo que no salió como esperaba. Es decir, un dialoguista y un inexperto en la cuestión política.
Hacia adelante hay algunos elementos que permiten suavizar la coyuntura. Figueroa, cada vez que puede, insiste en que el Estado somos todos y cuestiona “a los pocos vivos” que pretenden sacar una mayor tajada. Con esa prédica es que aumentó los aportes al ISSN con lo que garantiza cierta previsibilidad en uno de los agujeros (por el déficit) grandes que tiene el Estado.
Frente al impacto en los gremios, por ahora, dejará de lado la discusión en torno a la edad jubilatoria que es cinco años más baja que la Anses.
El otro elemento es el fondo anticíclico que crece a unos 4 millones de dólares por mes. Tiene unos 42 millones de dólares. Los vencimientos de deuda de este año son de unos 300 millones de dólares aproximadamente y ya tiene 100 que le dejó la anterior gestión de Omar Gutiérrez.
Se estima que a mediados de año, Chile, terminará de construir un complejo de almacenamiento y recibirá más petróleo del que se envía en la actualidad. También este invierno se notará la mayor venta de gas a mercado interno porque estará funcionando el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner.
Ya hubo un reacomodamiento del precio del petróleo que vino como un bálsamo para las arcas neuquinas y proyecciones del Bank Of América indican que el dólar estará a unos 2.200 pesos para fin de año.
Claro que los ingresos que dependen de Vaca Muerta crecen en forma aritmética y la inflación en forma geométrica, por lo que hay claridad meridiana en que si se compromete un crecimiento de los gastos por ascensor y los ingresos por la escalera, la plataforma se va a terminar de romper.
Por último comenzaron a surgir conflictos en localidades relativamente chicas como Villa Curí Leuvú y Villa Trafull, entre otras, con situaciones parecidas a las de Loncopué con los empleados municipales que, como dijo Carlos Quintriqueo, en el interior es el Estado el único empleador. Cabotaje con luz amarilla.
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